Al entrar en cualquiera de los siete mercados de Vigo huele a frescura. Se respira calidad y buen gusto. El producto estrella de todos ellos es el pescado, aunque hoy en día las plazas de abastos de la ciudad ofrecen múltiples y variados productos. Como si fuesen centros comerciales en miniatura, en estos establecimientos tradicionales los consumidores pueden comprar marisco, carne, verduras, hortalizas o productos de charcutería.

Incluso existen puestos especializados en quesos o en bacalao, por ejemplo.Además, la instalación de supermercados en las plazas ha favorecido la captación de clientes, ya que los consumidores pueden comprar todos los productos de alimentación en un mismo lugar.

Las grandes superficies acechan a los mercados.Pero éstos, sin renunciar nunca a la esencia que los diferencia de otras áreas comerciales, es decir, la calidad y el trato cercano con los clientes, se han puesto “manos a la obra”.El Concello se ha volcado con las plazas de abastos para financiar diferentes actuaciones en sus instalaciones y mejorar así su aspecto y funcionamiento.

Aunque ya está todo listo para que den comienzo los trabajos, la mayor parte de los mercados esperarán a después de Navidad para realizar las reformas. Confían en que estas fechas que ya se nos echan encima favorezcan al bolsillo de los placeros.

“Afrontamos las Navidades con optimismo. La crisis está ahí, pero esperamos que las ventas, en lugar de reducirse un 20% como en lo que llevamos de año, sólo llegue al 10 por ciento”, indica el gerente del mercado de O Calvario, una de las plazas más concurridas de la ciudad. El responsable de As Travesas, Delmiro Hermida, coincide en señalar que el volumen de negocio“será más reducido que el año pasado pero seguro que será bastante aceptable”.

La enorme variedad es otro factor que caracteriza a los mercados. En ellos se pueden encontrar puestos con diferentes tipos de pescado y también precios.“ Los jóvenes no valoramos la calidad de estos establecimientos, sólo lo hacemos una vez que vamos a comprar allí y nos gusta el producto”, lamenta la gerente de la plaza de Teis, Beatriz Gil. El responsable de O Calvario, sin embargo, reconoce que la afluencia de gente joven es cada vez mayor.“Funciona mucho el cambio generacional; donde compraban sus padres y abuelos, pues ahora lo hacen ellos”, afirma.

“La media de edad ha bajado; la gente busca comercio tradicional adaptado a sus necesidades”, explica el gerente del Progreso,Raúl Fontán.

Las pescaderías se resisten Para adaptarse a los nuevos tiempos y equipararse a los servicios que ofrecen las grandes superficies, algunas secciones de los mercados ya abren en horario de mañana y tarde, como en el caso de la plaza de Teis,O Calvario o Bouzas.Pero los puestos de pescado se resisten. Las pescantinas empiezan su jornada laboral cada día a las cinco de la mañana.Van a la lonja, eligen los mejores ejemplares de pescados y mariscos para ofrecer a sus clientes la mejor calidad.

Por tanto, se niegan a trabajar por la tarde. Los comerciantes de los puestos tienen libertad para elegir su horario de apertura, según indican los gerentes de los mercados.

Aparcamientos propios o entrega de la compra a domicilio son algunos de los servicios que las plazas han adoptado para ganar clientela.Y lo han conseguido. Independientemente de la crisis, que, como al resto de sectores, también le afecta, los mercados de Vigo están abarrotados, sobre todo,a primera hora de la mañana y en los días entre semana. Los ubicados en las parroquias suelen tener más éxito que los del centro, donde existe una mayor oferta de establecimientos comerciales.

Presumen de calidad, variedad y trato cercano con el cliente. En cambio, la cosa cambia con los precios.“Nadie da duros a cuatro pesetas”,bromea un comerciante.