maría lópez

Masificación. Con esta palabra podría definirse la situación que vive la Protectora de Animales de A Madroa. En la actualidad, las instalaciones acogen a cuatrocientos perros, una cifra que casi dobla su capacidad. "Lo ideal sería tener a 250 mascotas", dice la presidenta de la asociación, Amparo Roger. Pero la solidaridad humana le puede. "No negamos el cobijo a ningún animal, por eso estamos desbordados", añade. Hasta el mes de octubre fueron 1.724 perros los que pasaron por el Refugio y durante todo el 2007 la cifra alcanzó los 1.926.

El abandono de animales es una realidad que está ahí. "Si entran en un día ocho mascotas, salen dos adoptadas", lamenta Roger, que lleva veinte años al frente de la Protectora. La presidenta no solicita ni más terrenos ni más medios, sino, simplemente, colaboración ciudadana para impedir que nazcan tantos perros.

En cuanto a las adopciones, éstas suelen ser más abundantes a principios de mes. Y las Navidades se llevan la palma. Aunque parezca una acción positiva para solventar la saturación del Refugio, Roger advierte que "no se darán mascotas como regalo navideño". "Se tratan de seres vivos y no de juguetes que cuando dejan de interesar se tiran a la basura. La decisión debe ser consensuada por toda la familia, valorando las ventajas y los inconvenientes de la responsabilidad que adquirimos para varios años", explica la presidenta.

Compromiso por escrito

Para hacer que el compromiso del adoptante permanezca en el tiempo, la Protectora le obliga a firmar un escrito conforme va a cuidar de la mascota y que ésta estará en buen estado. "Si sabemos que va a estar atada en una finca no la damos", advierte Amparo Roger. Además, si la persona que se lleva al animal ( siempre esterilizado y con microchip) vive en Vigo y su área de influencia, alguno de los tres cuidadores del Refugio de A Madroa acude en persona al domicilio de los adoptantes para comprobar que el perro se encuentra en buenas condiciones.

A los menores de edad no les está permitido recoger un perro en la Protectora. Éste es el caso de Ana, quien llegó con tres amigos a A Madroa para adoptar a un cachorro. "No te lo puedes llevar sin hablar previamente con tus padres", le dijo la cuidadora. Éste y otros requisitos se establecen para evitar que las mascotas regresen a la calle.