Su tesis fue el punto de partida para una línea de investigación que relaciona la economía y los clubes de fútbol, un campo "totalmente libre" en el que todavía queda mucho por hacer. Durante los últimos años, el profesor Barajas ha publicado numerosos artículos en revistas internacionales y escrito varios libros. El último es "Las finanzas detrás del balón. El negocio del fútbol" (2007). Su grupo de investigación ha impulsado la creación de una asignatura de libre elección sobre economía del deporte, que se imparte este curso por primera vez en el campus ourensano.

-Pocas empresas mueven hoy las cantidades de dinero de los clubes.

-Mueven cantidades considerables comparados con la media de las pequeñas y medianas empresas, pero como sociedades anónimas que pueden cotizar en bolsa no son tan grandes. El gran problema es la falta de rigor financiero a la hora de gestionarlas. Se han profesionalizado en ámbitos como el marketing, que cada vez se explota más, pero el control económico deja bastante que desear. Estas empresas venden espectáculo, pero si pierden las cosas se ponen feas y las decisiones no las toman los accionistas mayoritarios, sino los pañuelos, que no lo son pero se sienten propietarios. Los presidentes no son capaces de mantener el pulso y contratan a jugadores con el consiguiente aumento de deudas.

-Prima más el corazón que la razón...

-En muchas ocasiones. Hay empresarios exitosos en otros negocios que cuando llegan a los clubes intentan aplicar criterios razonables, pero no son capaces por esas presiones.

-¿Faltan expertos?

-Los hay. Conozco casos de gente que han contratado como adjuntos a la dirección o para el control financiero, pero se acaban yendo porque es imposible.

-¿Esta situación es particular de la liga española o pasa lo mismo en otros países?

-También es complicada en la Premier League (la liga inglesa). El Leeds se endeudó y otros clubes han ido a la quiebra. En Italia quieren reformar la ley para poder amortizar los jugadores en tiempos más largos que los contratos. En Francia alardean de estar mejor, pero el fútbol no tiene tanto tirón. Los grandes magnates aparecen con dinero fresco, hacen grandes fichajes y generan inflación en el sistema. Ocurre todos los años. Abramovich o el dueño del Manchester City introducen cuarenta millones y empieza a moverse el mercado. Se intercambian cromos y a precios fuera de las posibilidades de los clubes. Esto se traduce en la posibilidad de un nuevo endeudamiento y la bola de nieve se hace más grande.

-¿Supone la crisis una gran amenaza para los clubes españoles?

-Ya tienen problemas y hay varios de primera y segunda división que están metidos en la ley concursal. Otros tienen tales deudas que si destinasen todos sus ingresos sólo a devolverlas estarían pagando cinco años. El tema más preocupante es el de las televisiones porque, con la crisis, las empresas dejarán de anunciarse y las cadenas viven de la publicidad. Si se reducen estos contratos, quizá no puedan generar todo lo que han prometido a los clubes.

-Puede ser una oportunidad para que los equipos confíen por fin en los economistas...

-Lo que me gustaría es que se planteara la racionalidad. El gran cáncer es lo que se paga a los jugadores y por sus traspasos. Y cuanto más baja es la categoría, peor es la situación. Hay clubes que gastan hasta un 200% de sus ingresos en fichajes. Esto es insostenible, pero a ver quién pone límite a sus salarios o les habla de un contrato variable en función de objetivos.

-Sin embargo, los aficionados no los cuestionan.

-¿Cuántos años tarda un trabajador en ganar con el sudor de su frente una prima de 120.000 euros? Y los jugadores son incapaces de generar este dinero. Tendría que haber algún acuerdo general o normativa del Estado para regular los salarios, aunque los clubes podrían decir que están en desventaja frente al resto de Europa. Quizá la solución sería una norma que impusiese el control financiero desde la UEFA o la FIFA.

-En estos momentos, ¿puede ser rentable un equipo?

-Tal y como se gestionan no pueden ser muy rentables. Yo no invertiría en ellos. Quizá a la larga si entra capital extranjero lo sean más. En España no cotiza ningún club en Bolsa y el momento actual es malísimo para animarse. En Inglaterra el Manchester United lo intentó, pero acabó saliendo.

-¿Sólo los grandes clubes como Madrid o Barcelona están a salvo de endeudarse?

-Se mueven en un mercado más amplio y no tienen tantos problemas cuando sufren pérdidas. Cada equipo debe situarse en el nivel de competencia al que puede llegar. El Numancia sabe que si desciende a Segunda no pasa nada porque su mercado no le da para mantenerse.

-También cuentan con ayudas de las administraciones.

-Todos tienen ayudas públicas. Que jueguen en un estadio municipal pagando una cantidad baja también lo es. Tiene su razón de ser que un ayuntamiento como Vigo o A Coruña les de ayudas, pero todo tiene su punto de equilibrio. El problema es si todos los ingresos son para los jugadores.

-Usted colaboró con Martínez Cobas durante su etapa en el Celta.

-Desconozco su plan de viabilidad y su situación actual. Si han admitido la ley concursal podrá salir adelante y si sube a Primera lo tendrá más fácil.

-¿En qué líneas de investigación trabaja actualmente?

-Colaboro en un proyecto del Consejo Superior de Deportes sobre evaluación del deporte federado de alto nivel y también en un estudio de valoración de jugadores. La idea es conseguir un precio objetivo teniendo en cuenta sus características sobre todo desde un punto de vista deportivo. También se tiene en cuenta el valor mediático, que en el mercado actual está inflado.