"Coge aire, deja de respirar y sopla lentamente por la boquilla". Así indicaba la doctora Victoria Aldea Míguez lo que tenían que hacer los estudiantes que ayer participaron en una jornada antitabaco organizada por el Servicio de Deportes de la Universidad en la que, por medio de una sencilla prueba, denominada cooximetría, se midieron la cantidad de monóxido de carbono en aire expirado y el grado de dependencia de la nicotina.

"Tú eres un fumador importante", le dijo la médico a uno de los jóvenes que se hizo la prueba, David Iglesias, alumno de_Industriales. Tras saber que llevaba un año y medio fumando entre 8 y 9 cigarrillos al día, le advirtió del "impacto tremendo" del tabaco en su organismo. "Trata de dejarlo, piénsatelo mucho porque no compensa", le recomendó. Y parece que hizo efecto ya que preguntó si en la Universidad había algún programa para dejar este hábito.

Precisamente el responsable del Servicio de Deportes de la Universidad de Vigo, Javier Rial, apuntó que la institución cuenta con un gabinete psicopedagógico que elabora estrategias para abandonar el tabaco. "Queremos llamar la atención sobre la actividad deportiva como medio para cuidarse", sentenció.

Uno a uno, los estudiantes fueron pasando dando mejores o peores resultados. Andrea Vega, de 2º de Industriales, acudió porque sentía "curiosidad" pese a no ser fumadora habitual. Junto a sus compañeros Antonio Alonso y Paula Piñeiro, reconoció que todavía falta mucho camino para concienciar a los jóvenes sobre los perjuicios del tabaco sobre la salud.

Unos problemas que Juanjo Crespo, médico del Servicio de Deportes de la Universidad, destacó. "Hay tres pilares en el estilo de vida saludable: actividad física, alimentación sana y guerra contra el tabaco", enumeró Crespo. Por su parte, Aldea Míguez recalcó la mayor incidencia de cardiopatías entre fumadores. "Cuando una persona deja de fumar, en un año disminuye en riesgo de infarto, pero pasan 15 para tener el mismo riesgo que un no fumador en padecer cáncer de pulmón", sentenció.

Y como muestra enseñó, en su conferencia posterior, un bote con el equivalente al alquitrán que acumula en los pulmones de una persona que fuma un paquete al día durante un año. "¡Qué asco!", fue la exclamación general.