¿Inventor? "Eso no existe", responde modestamente J. Valverde. Este vigués tiene entre sus manos la patente de un asiento móvil para vehículos. Ni más ni menos que un sistema que, de aplicarse, revolucionaría la concepción actual de la conducción. Se adapta al movimiento, de forma que el conductor está menos rígido. Al parecer, tiene posibilidades de colarse en la industria de la automoción, a la que se dirige. Vale para coches de Fórmula 1 o karts, pero también para camillas de enfermos. De hecho, el "padre de la idea" piensa en su introducción en los vehículos para discapacitados. Y su patente acaba de extenderse a veinte países.

De hecho, él mismo lo ha probado en uno construido para tal hazaña "y va perfecto", sentencia. "Ese cochecillo de dos plazas que construimos (parecido a un kart) y ahora estamos rediseñando, funciona increíblemente", asegura.

Asientos acoplados

Consciente de que es difícil cambiar la concepción de los asientos, acoplados fijos al chasis del coche, piensa en que para introducirlo es más fácil usar vehículos más desenfadados. Ya tiene un proyecto, bautizado como "Vaivén-Car". Y en él, expresa su valoración del "confort" el profesor del centro de Ingeniería mecánica y automoción de la Escola Superior de Ingenieros Industriales, Carlos Casqueiro. También da su opinión, en lo que respecta al factor médico, el traumatólogo y especialista en medicina deportiva, Mario Galán: "El esfuerzo es diez veces menor cuando se utiliza el asiento oscilante", explica.

J. Valverde también enseña modelos (como el de la imagen) más adaptados al movimiento del cuerpo, en los cambios de velocidad, inclinación y trayectoria. ¿Las ventajas? Pues que se reduce la fatiga y la incomodidad que produce la fuerza de la velocidad.

"Estoy en buenas manos técnicas, pero es difícil de financiar", asegura. Sin apartar la vista del sector sanitario, J. Valverde explica: "Imagínate cuando recogen a un chico que se ha caído de la moto en un accidente y lleva el fémur roto... Pues lógicamente, ese chico sufre en cada curva al viajar en ambulancia, mientras que de esta forma, no se golpearía contra nada", razona. En lo que se refiere al aspecto técnico, el asiento-balancín se construye a través de brazos hidráulicos.

Entre las puertas a las que llamó, está la NASA, aunque no le gusta avanzar nada. El proyecto está optando a un concurso de la agencia espacial. El inventor del "asiento basculante" también se muestra reacio a hablar de posibilidades de mercado, mientras no lo tenga más atado. "¿Cómo llegó a esto?", pregunto. "Toda mi vida jugué y siempre tuve juguetes entre mis manos".