Una ciudad para la gente. Éste es el propósito y el resultado de las humanizaciones llevadas a cabo durante los últimos años en las calles del centro de Vigo, que ahora se amplían con actuaciones en otras zonas de la ciudad. Pero la conciencia por el mantenimiento de estos espacios en buen estado pasa de largo entre los propios ciudadanos. Carmen vive desde hace veinte años en Urzáiz y reconoce no soportar el escaso respeto de la gente por el cuidado del entorno urbano. "¿Qué más da que se limpien las calles si nosotros nos encargamos de ensuciarlas más rápido?", se pregunta resignada.

El tránsito diario de cientos de personas por esta calle pasa factura. Las colillas de los cigarros impregnan sus anchas aceras y parte de la vegetación ubicada en las macetas está destrozada o simplemente, no existe, como es el caso de Hernán Cortés o República Argentina, donde los espacios vacíos se alternan con algunos árboles. En María Berdiales, el paso continuo de vehículos pesados deja huella en el adoquinado y en los pivotes que separan la calzada de la zona peatonal. Al menos en esta calle existen; no como en Urzáiz, donde un pequeño poste metálico está tirado y perdido a su suerte.

Más vigilancia policial

El secretario de la Federación Vecinal, Xosé Couñago, insta al gobierno local a la creación de un programa de concienciación ciudadana para evitar destrozos en las calles, sobre todo en las recién reformadas, a las que el Concello destinó importantes inversiones. En todo caso, añade Couñago, "se debería aumentar la vigilancia policial en las zonas humanizadas para no tener que lamentarnos de los desperfectos que estamos viendo".

En As Avenidas, el deterioro del mobiliario urbano se agrava, debido al estado del paseo por el paso de camiones de gran tonelaje, y también de su entorno, como los bancos, rodeados de una sombra negra en el suelo, consecuencia de los botellones de cada fin de semana.

Estos actos vandálicos en las calles humanizadas del centro de la ciudad se completan con pintadas en macetas y colectores, señales verticales torcidas, o grandes bolsas de basura que se amontonan junto a los contenedores. "Todo es empezar. Entre todos podemos mantener el entorno urbano de Vigo limpio y cuidado", aseguran los vecinos.