La parroquia de Santa Clara de Lavadores se mostró conmocionada ayer por el bebé aparecido en las inmediaciones de la iglesia, que tuvo que ser trasladado en ambulancia a un centro hospitalario durante la tarde del jueves, por sufrir síntomas de deshidratación. Un hombre que realiza labores en asociaciones religiosas se lo encontró y le practicó los primeros auxilios.

Fieles y vecinos (algunos presenciaron el despliegue policial y sanitario en la zona) identifican a la madre con una mujer que frecuenta el templo con un carrito y dos niños. Aseguran que alguna vez llegó a pedir alimentos para sus pequeños e incluso fuentes parroquiales confirman haberle dado leche de lactancia.

Critican la actitud de la mujer, que supuestamente vieron entrar en uno de los coches policiales después de los hechos.

Fuentes sanitarias se negaron ayer a precisar si el pequeño seguía ingresado o fue dado de alta y descartaron dar información al tratarse de un menor. Si bien el servicio de emergencias sí confirmó el traslado a un hospital en una ambulancia tras la llamada telefónica de un particular el jueves que halló al pequeño. El mismo argumento esgrimieron en la Consellería de Vicepresidencia, que no facilitó ningún dato por el mismo motivo: tratarse de un menor de edad. A lo largo del día de ayer fue imposible localizar a los servicios sociales del ayuntamiento o a algún responsable del área que conociese de primera mano los hechos.

El vecino que halló al bebé el pasado jueves, Bernard Juste, explicó ayer: "No juzgo a la persona, juzgo los hechos". Asegura que volvió a ver a la mujer después del jueves y que ésta le recriminó lo sucedido: "Me puedo llegar a sentir culpable si le retiran a sus hijos, pero parecen desnutridos y no entiendo cómo pudo dejarlo", explicó. Otras personas vieron a la mujer después de la tarde del jueves en la que se encontró al niño. No así ayer. Nadie dijo ver rastro de la mujer ni sus dos hijos.

El presidente del Secretariado gitano, Sinaí Jiménez, denuncia el comportamiento de la madre, que todas las personas consultadas identifican como de etnia gitana, aunque avanza que desconoce su identidad, lo que le lleva a sospechar que no vive en un poblado calé. "Dentro de la comunidad gitana no son normales estos hechos; lo más lógico cuando la situación ahoga a las familias es que deleguen los niños en alguien de la familia. Los gitanos suelen tener un tremendo aprecio a sus hijos", explicaba.