Un nuevo bloqueo para las obras de la urbanización de Rosalía de Castro II, que permitirán abrir definitivamente la calle por su lado este. La aparición de más restos arqueológicos ha obligado a que los técnicos de Patrimonio vuelvan al lugar para estudiar la procedencia del hallazgo. En esa zona, además de la apertura completa de la calle y su enlace con García Barbón y de dos parkings, se construirán nueve edificios residenciales, uno de los cuales se destinará a un hotel de cuatro estrellas que explotaría una cadena de implantación nacional.

El hecho se produjo cuando operarios que trabajan en la cimentación perimetral de las distintas parcelas -trabajos que fueron autorizados por la consellería- descubrieron lo que podría ser una especie de murete. En una primera evaluación no se pudo datar la fecha en que habría sido construido, por lo que tendrán que ser los arqueólogos que se encargaron de los estudios anteriores en la zona los que se hagan cargo de la pieza.

Compromiso

Esta circunstancia lleva consigo, según los promotores de la urbanización, un nuevo retraso hasta que se decida si los restos ahora encontrados deben conservarse o si, por el contrario, no merece la pena.

Los arqueólogos que exploraron la zona de Rosalía de Castro II habían realizado sus trabajos hasta cuatro metros de profundidad. De hecho, cuando concluyeron su labor en el solar colocaron una especie de plásticos a modo de guía para saber hasta qué nivel se había llegado.

A partir de ahí, los operarios de las constructoras pudieron iniciar los trabajos de cimentación perimetral, previos a la excavación de los terrenos para la posterior construcción. No obstante, el compromiso adquirido pasaba por que si se encontraba algún resto por debajo de esa cota, las empresas deberían avisar de inmediato al grupo de arqueología para que realizase nuevos estudios. Es lo que ha ocurrido ahora.

La profundidad máxima a la que llegarán las excavaciones para los cimientos de los edificios será de nueve metros. Esta cota permitirá la construcción de tres sótanos para cada uno de los inmuebles. Además, una profundidad mayor acarrearía problemas para el saneamiento de la zona al sobrepasar la línea de la capa freática de las mareas, según los técnicos.

Precisamente, los propietarios de parcelas en la zona, hasta seis promotoras diferentes, pretenden llegar a un acuerdo con la Consellería de Cultura para evitar que apariciones de más restos en el subsuelo, por debajo de la cota ya examinada por los arqueólogos, produjese nuevos parones en las obras, como podría ocurrir ahora.

Zona de protección

El solar que ocupa la urbanización de Rosalía de Castro II había quedado libre de realizar catas arqueológicas en las catalogaciones que figuraban en el Plan Xeral de 1993, todavía en vigor y por el que se rige esa actuación. No obstante, al aparecer restos de yacimientos en la excavación para la prolongación del túnel de Beiramar fue patrimonio de la Xunta quien obligó a la realización de dichas catas en ese ámbito. Con el tiempo se demostró como una zona importante de hallazgos, cuyo estudio se prolongó mucho más allá de los seis meses del contrato inicial con los arqueólogos.

La junta de compensación para la urbanización de esa zona se constituyó en septiembre de 1994. El proyecto de compensación data de mayo de 2005.