El toro de las crisis económica ha pillado de lleno a los hoteles. La esperanza de que las cosas mejoren se están esfumando entre los empresarios de la ciudad. Inmersos ya en la temporada alta, los índices de ocupación son muy poco halagüeños. La situación pinta tan mal para los negocios que ya han tenido que comenzar a reducir costes. En torno a 400 empleos temporales ya no se han ofertado este año. La estimación, del presidente de la Asociación Empresarial de Hospedaje de Pontevedra (Asehospo), José Manuel Barbosa, podría quedarse corta. "La situación podría empeorar si el mal tiempo se alía con la época de crisis que se está padeciendo", advierte.

Los hoteles casi duplican su plantilla durante el verano. "Entre mayo y septiembre hay cerca del doble de trabajadores en el sector que durante el resto del año. Sólo en Vigo se ofertan una media de 2.000 trabajos en la temporada estival. Este año no va a ser así. Por lo pronto, ya salta a la vista que el número de anuncios reclamando personal ha caído en picado. La reducción de ocupación se está viendo y se verá más aun reflejada en una contención del empleo", argumenta Barbosa.

Todos los índices que manejan los hoteleros apuntan a la baja. A nivel provincial estiman que la ocupación de los hoteles se reducirá entre julio y agosto en un 25%. "Si en Vigo se llega este mes al 75% podemos darnos por satisfechos. Pero es ser muy optimista. Creo que estará por debajo del 70, lo que sería el peor dato de los últimos diez años", teme el portavoz del sector.

Las estancias también serán de menor duración. Un sondeo realizado por Asehospo concluye que de la media de ocho noches que pasan los turistas en Vigo, se reducirá a seis.

La panacea veraniega a la que se acogía hasta este año el sector no surtirá efecto. "La crisis está agravando los datos de los seis primeros meses del año, en los que la ocupación media rondó el 35%", aseguran.

"Tuvimos que bajar los precios para captar a los turistas"

Hasta un 10 por ciento menos. Aunque lo dicen con la boca pequeña, esta es la reducción en el precio de las habitaciones que han aplicado ya muchos hoteles para poder captar a los turistas. "Ante esta situación los empresarios se han visto obligados a ir a la desesperada para poder tener clientes", asume José Manuel Barbosa.

La principal preocupación del sector radica ahora en el tiempo que durará la recesión. Temen que no sea algo pasajero, e incluso dudan de la rentabilidad de los negocios si ésta se alarga durante varios años. "Los datos son preocupantes, sobre todo teniendo en cuenta que buena parte de los establecimientos han realizado inversiones para adaptar sus instalaciones a las nuevas exigencias de un mercado que hora entra en recesión, lo que agudiza su difícil situación", concluye Barbosa.