Circular con el "escape libre" tendrá graves consecuencias económicas. El alcalde, Abel Caballero, anunció ayer que los excesos de ruido del motor de los vehículos podrán sancionarse con hasta 3.000 euros. El Concello adquirió ya un mecanismo de "última generación" que podría comenzar a emplearse dentro de una semana. El "inspector de ruidos" comprado por el Ayuntamiento servirá para medir los niveles de contaminación acústica de cada vehículo. El análisis podrá hacerse a pie de calle, siempre y cuando el ruido ambiente no sea superior al del motor del vehículo. Si esto no fuera posible, los agentes realizarán las mediciones en el parque móvil municipal.

Las infracciones leves estarán penadas con 750 euros; las graves podrán llegar hasta los 1.500 y conllevarán el precinto del vehículo y las muy graves, además de los 3.000 euros que pueden alcanzar, podrán llevar aparejada la paralización de la actividad del vehículo con carácter definitivo. El Concello espera ahora la traducción de las guías técnicas del "inspector de ruidos" para poder comenzar a sancionar.