El pleno terminó con polémica ante la indignación de las trabajadoras de la Casa de Acogida, cerrada ayer, y varias víctimas de malos tratos que las apoyan -acudieron una veintena de personas- en su demanda de que el centro siga abierto. El bipartito rechazó con su mayoría admitir la moción de urgencia del PP que pedía mantenerlo operativo "hasta que haya una alternativa". La edil de Igualdade, Iolanda Veloso, defendió que "hay recursos para atender a las víctimas, se creará una red de atención más amplia, y el Concello cuenta ya con tres viviendas". Sobre las empleadas, que piden su recolocación, matizó que "no son personal de la concejalía".

La edil popular Lucía Molares calificó de "vergonzoso que se prohíba el debate" y aseguró que las viviendas "no están disponibles". Corina Porro montó en cólera al término. "Es intolerable que den la espalda a un colectivo tan vulnerable", estalló, y garantizó 50.000 euros de la Diputación "para evitar que las mujeres se queden en la calle". Ana Míguez, presidenta de Alecrín -entidad que gestionaba el centro-, espetó que "nunca hubo tanta insolidaridad".