¿Es posible que una carta tarde tres días en llegar al Campus As Lagoas-Marcosende? Más de una vez le ha pasado a los estudiantes vigueses, que atónitos escuchan las explicaciones de los funcionarios de que todos los envíos que salen de Vigo deben pasar por la nave central de clasificación de Correos en Santiago, con independencia de que sean para dentro de la propia ciudad o una dirección en el extranjero.

Los retrasos de tres días son casos excepcionales y desde la empresa aseguran que “más del 80 por ciento de los envíos llegan a las 24 horas”, pese a tener que derivarse al Centro de Tratamiento Automatizado para toda Galicia ubicado en Lavacolla. Cartas y bultos pasan allí por diversos procesos mecanizados el mismo día en que el ciudadano echa la carta al buzón o lleva su paquete a las oficinas de Correos, sale esa misma noche de regreso para la ciudad olívica y al día siguiente llega clasificada y directamente al cartero para el reparto.

Esta es al menos la teoría, aunque en la práctica el sindicato UGT sostiene que “el margen de error del proceso a través de máquinas es mayor que a mano, lo que genera algunos retrasos, como mínimo de un día”. En Vigo se distribuyen alrededor de 150.000 envíos diarios y hasta que correos unificó los centros de clasificación en Santiago, Vigo tenía su propia oficina con 20 trabajadores, de los que actualmente quedan nueve o diez repartidos en dos turnos.

Según Pepe Canal, de UGT, los cambios suponen a la empresa “ahorrar gastos de personal en toda Galicia”, pero lamenta el “sinsentido” que supone llevar hasta Santiago una carta enviada de Teis al Calvario. Sostiene que los usuarios “son los damnificados porque hay paquetes que tardan en regresar, ya que si el código postal es incorrecto la máquina no funciona y lo enviaría fuera, cuando en la propia ciudad el trabajador se daría cuenta”. Correos atribuye el actual sistema de trabajo a la complejidad del servicio que prestan e insiste en que el proceso es ahora más rápido y más fiable.