El único ejecutivo español que dirige una de las más grandes empresas norteamericanas, el vigués Antonio Pérez, disfruta estos soleados días de su ciudad en compañía de su mujer y su hija pequeña. La presencia en Vigo del consejero delegado y presidente de Eastman Kodak pasaría desapercibida si no fuera por el avión que le trajo el pasado miércoles directamente desde Nueva York, sede de la prestigiosa firma fotográfica.

El bombardier BD-700 modelo Global Express que permanece estacionado frente a las naves de handling del aeropuerto destaca de entre todos sus gemelos por los colores de su carrocería: azul casi fosforito en el lomo separado de la parte superior por una estrecha franja roja de proa a popa, combinación que emula la imagen publicitaria de su compañía.

Trabajadores del aeropuerto consideran a Antonio Pérez "un habitual" de Peinador. Desde que hace tres años asumió las riendas de Kodak, este vigués ha acostumbrado a sus pilotos a hacer escala en Vigo y no sólo en verano, cuando pasa varias semanas de vacaciones. También en invierno, cuando debe desplazarse a Europa o Asia por asuntos relacionados con su trabajo, aprovecha el viaje de ida o de vuelta para hacer una parada en el aeropuerto de su ciudad, "y no porque el avión necesite repostar. Ese modelo atraviesa el charco sin ningún problema", apuntan en el aeropuerto.

Sus llegadas siempre son discretas. Nada más pisar tierra desaparece y ya no se le vuelve a ver hasta que embarca que en el potente aparato. Quienes dicen conocer "algo" de este importante ejecutivo aseguran que tiene casa en propiedad en el entorno de Vigo, aparte de la vivienda familiar.

Antonio Pérez, de 62 años, todavía es un desconocido para la inmensa mayoría de sus paisanos. Y parece dispuesto a que seguir disfrutando de la "protección" de ese anonimato. Hasta el presidente de la patronal, José Manuel Fernández Alvariño, confiesa que "sólo lo conoce por la foto".