María Aparecida Da Silva, de 37 años, la víctima de violencia machista que aún estaba alojada en la casa, no tiene inconveniente en dar la cara. Relata que sufrió malos tratos de su marido durante 15 años. Hasta que nació su hija hace dos. "Me divorcié, no quería que la niña creciese en ese ambiente", cuenta. Critica que el Concello la ha "dejado en la calle" de forma precipitada.

- ¿Ha encontrado vivienda?

- Sí, gracias a una señora mayor que me ha dado alojamiento en su casa sin cobrarme alquiler hasta que tenga dinero para pagárselo.

- ¿No recibe ayuda económica alguna?

- Tengo derecho a una ayuda de salida, que son 600 euros, pero ni siquiera me la han dado aún. Sólo me avisaron con cuatro días de antelación. Tuve que buscar una vivienda sin dinero y aún no pude tramitar la paga de un año que tengo que recibir por la niña. Prácticamente me han echado. Tampoco hicieron nada para buscarle guardería a mi hija.

- ¿Desde cuándo estaba en la Casa de Acogida?

- Llevaba aquí desde febrero.

- ¿El trato que le daban era bueno?

- Muy bueno, me cuidaban, y también a la niña. La gente es muy agradable y la comida que nos daban era de primera. Las otras mujeres que estuvieron aquí alojadas están como yo muy apenadas de que se cierre la casa, y el personal está destrozado. Es totalmente injusto lo que han hecho.

- ¿Por qué entró en la casa?

- Mi marido quebrantó la orden judicial de alejamiento. No podía acercarse a menos de 300 metros. Me casé en 1992 y desde el principio sufrí malos tratos, pero aguanté por lo de siempre. Piensas que la persona va a cambiar. Cuando nació mi hija decidí divorciarme.