Sólo una veintena de fuentes públicas están conectadas a la red de abastecimiento. Así lo confirmó la concejala de Medio Ambienbte, Chus Lago, quien desaconseja beber agua del resto de manantiales de la ciudad porque no pasan por los procesos sanitarios de potabilización.

A este respecto, la edil socialista indicó en la exposición del balance de año de su concejalía que hay 370 fuentes en Vigo, de las que sólo recomienda utilizar el 5% de ellas. Pese a que existen alrededor de veinte manantiales potables, emplazados la mayoría en parques infantiles, Lago reconoce que "es imposible" controlar en tiempo real la calidad del agua, ya que el laboratorio municipal la analiza cada dos meses.

Pese al control que realiza el gobierno local de las fuentes, los usuarios de las mismas no pueden conocer la salubridad del manantial del que se abastecen si no disponen de internet, puesto que los resultados de los análisis que realizan los técnicos municipales están al servicio de los ciudadanos sólo en la página web del Concello y no en las propias fuentes.

Pero esta situación no durará demasiado tiempo, según informó la concejala de Medio Ambiente, porque el departamento que dirige ya encargó los carteles para instalarlos en las diferentes fuentes de la ciudad, donde se recogerá la recomendación de no consumir el agua.

Por otra parte, en el caso de que el Concello obtenga un resultado negativo en los controles de potabilidad de los manantiales, es decir, no apto para el consumo humano, se taponarán las fuentes afectadas para que los usuarios no beban ese agua en malas condiciones, según informó Lago.

Información obsoleta

El cartel de "potable" todavía puede verse a día de hoy en la fuente de Travesía, de la que se abastece una gran cantidad de gente. Las colas pueden verse en cada momento. Pese a ser un manantial muy concurrido, el indicador sobre los controles del agua ofrece información obsoleta. El último análisis que se refleja en el panel data de abril de 2005, cuando se garantizaba la potabilidad del agua. Hoy, la duda está en el aire, y, sobre todo, en los vecinos que se surten de esta fuente. Consideran que el agua "está muy rica" pero que, en realidad, no son conocedores de su calidad.