Este enfermero, de As Pontes y de 24 años, eligió hacer sus prácticas del último curso en los quirófanos de Povisa, en cuya escuela se formó, y “a la semana siguiente” de titularse ya estaba trabajando como profesional en el mismo servicio, donde lleva un año.

¿Por qué eligió esta carrera?

Desde pequeño me interesó cuidar a los míos y cuando llegué a la carrera me sorprendió que ésta no se limitaba a los estereotipos, sino que tiene un sinfín de salidas más allá de estar con el paciente como la gestión y la organización o las técnicas.

Además del quirófano también trabaja en la UCI, ¿le ha pesado la responsabilidad?

El cuidado en la UCI es muy diferente a una planta. Tienes que manejar medicamentos fuertes y fijarte mucho en la monitorización. Los errores son algo que hay que tener muy en cuenta porque repercuten directamente en la persona.

¿Les preparan en la escuela para soportar esta presión ?

Te lo van enfocando, pero es una de las primeras sorpresas que te llevas: la cantidad de responsabilidades que tenemos.

Sólo lleva un año trabajando, ¿cómo consigue que los casos no le afecten personalmente? Es un poco inevitable no llevarte a casa alguna imagen, pero no me resulta agobiante. Piensas en cómo puedes mejorar.

¿Le ha marcado algún caso?

Siempre te repercuten los pacientes de tu edad o de la de tu padre, pero eso es bueno porque los atiendes con más cariño.

Tanto en la carrera como ahora está rodeado de mujeres...

A igual que cocinar y planchar, la labor de cuidar hasta hace poco estaba ligada a las mujeres, pero un hombre puede hacerlo igual de bien.

¿Las prácticas les hacen madurar más que a otros colegas universitarios?

Te hacen ver que la vida hay que aprovecharla. El contacto con el paciente te hace madurar rápidamente.

¿Cree que Vigo debe tener una Facultad de Medicina?

Hay una gran demanda de médicos y Vigo es la ciudad gallega más grande y con más pacientes. Sería bueno tener la facultad o un ciclo superior