El proyecto del anterior presidente del Real Club Celta, Horacio Gómez, para construir un nuevo estadio en Balaídos que incluiría un centro comercial para aumentar los ingresos del club quedó definitivamente enterrado por la postura de Citroën. La dirección de la multinacional consideró que el tráfico diario que generarían las instalaciones ponía en serio peligro la fluidez del tráfico y, con ello, el movimiento de sus camiones. El túnel, según la visión de Caballero, anularía ese factor clave, ya que el transporte de la factoría quedaría garantizado.

Opciones

Enterrado el proyecto del club, el Concello se debatía entre dos opciones: reformar el estadio, o construir uno nuevo en la Ciudad del Deporte de Valladares, que se financiaría en parte con aprovechamiento comercial en la misma zona. Los partidos políticos, en el anterior mandato, consensuaron la opción de la remodelación. El nuevo estadio se reconstruiría grada a grada y tendría una capacidad para 30.000 espectadores, según el acuerdo alcanzado. Una nueva distribución interna permitiría un mayor aprovechamiento comercial, lo que contribuiría a financiar la obra, que necesitaría de una implicación de las administraciones debido a su coste. En el exterior se planificaba un aparcamiento subterráneo. El proyecto se retomó en el actual gobierno, con el BNG al frente de la Concejalía de Deportes..

Caballero no se ha pronunciado con claridad, pero deja abierta la opción de construir un nuevo estadio. Lo que sí ha especificado es que el campo de fútbol debe seguir en Balaídos.