Un trasplante demasiado arriesgado. Casi la mitad de los más de sesenta naranjos y camelios, algunos centenarios, que jalonaban las aceras de la calle Policarpo Sanz, morirá tras su traslado forzoso debido a la construcción del aparcamiento subterráneo. Los técnicos municipales consideran que sólo sobrevivirán los ejemplares más recientes, de unos 15 años.

El proyecto del estacionamiento subterráneo contempla un ajardinamiento en la aceras similar al de la calle Urzáiz, con plantas y árboles de poco porte en maceteros, por lo que los naranjos y las camelios están siendo levantados en una actuación que se lleva a cabo "con mucho mimo". En su trasplante en el parque de Castrelos se mantiene la alineación y cadencia que lucía en la céntrica calle -alternándose camelios y naranjos- y en una zona de semisombra próxima a la avenida de Castrelos, donde se localizan los tanques de tormenta y con condiciones de semisombra parecidas a las de Policarpo Sanz. Cuando se complete esta plantación, los árboles restantes serán reubicados en A Bouza.

Los responsables del departamento de Parques y Jardines reconocen que es una actuación "muy difícil" y que no se pudo hacer antes, en una temporada más adecuada, "porque ello hubiera obligado a reventar las aceras". "Hay que tener en cuenta -añaden- que son árboles con un cepellón de dos metros cúbicos, lo que significa unos tres mil kilos para cada ejemplar, que están siendo podados y que la operación se lleva a cabo en verano". Recuerdan, además, que muchos de ellos ya resultaron dañados cuando se recrecieron la aceras.

El PP habla de "imprevisión"

El grupo municipal del PP denunció ayer "la falta de previsión y mala gestión del gobierno municipal y de la responsable de Medio Ambiente", ya que la adjudicación de las obras del estacionamiento subterráneo, apuntan, "se realizó hace un año y se pudo aprovechar el otoño para los trabajos de trasplantado".