Con el susto en el cuerpo. Un matrimonio vigués sufrió ayer heridas de diversa consideración tras ser atacado por dos perros cuando se encontraban con su hijo de 13 meses en la Avenida Camelias. El incidente se registró a las 07.45 de la mañana. Un pastor alemán y un pastor belga se abalanzaron contra el podenco portugués de la pareja, que resultó herida al intentar salvar a su mascota y alejar a los animales del carrito del niño.

Miguel Ángel P.D., de 38 años, y su mujer, Thais M.R., de 34, se dirigían como cada mañana a casa de la madre de ella para dejar al menor al cuidado de su abuela. A medio camino, los sorprendieron por la espalda dos canes que fueron directos a por "Botas", al que levantaron la piel y ocasionaron heridas de profundidad.

Los viandantes que observaron la escena alertados por los ensordecedores ladridos avisaron a la Policía Local y a los servicios de emergencias, que trasladaron a la pareja hasta las Urgencias del Hospital Xeral. Miguel Ángel fue atendido por una herida abierta en la mandíbula y contusiones, mientras que su mujer sufrió magulladuras en las piernas. Afortunadamente, su hijo, de apenas un año de vida y que todavía camina con dificultad, iba en su sillita y resultó ileso.

Muy nerviosa por lo ocurrido, Thais intentaba recordar ayer por la tarde los detalles de la agresión. "Pudo ser mucho peor. Mi único interés era proteger al niño y recibí varios golpes en el intento, pero ninguno importante Eso sí, el susto es lo peor y no nos lo quitamos del cuerpo".

Más tranquilo estaba su marido, quien tras abandonar el hospital tuvo incluso ánimo para ir a trabajar y recoger al perro en la clínica veterinaria donde permanecía ingresado desde la mañana. "Él se llevó la peor parte. Lo dejaron hecho polvo", relataba poco antes de llevárselo a casa.

A esa hora, media tarde, ya había recibido la llamada del propietario de los perros que los atacaron, que pertenecían a un grupo de tres pastores belga y un pastor alemán que escaparon de una finca privada de O Castro.

Están vacunados y llevaban dispositivos electrónicos que permitieron a los agentes identificar de inmediato a su dueño, Alfonso F.A., de 58 años y con residencia en la calle Pizarro. Su tía, Manuela, que se encarga de darles de comer a los animales todos los días en la finca de la calle Manuel Olivé, insiste en que "son pacíficos y nunca han atacado a nadie". La única explicación que encuentra para su comportamiento de ayer es que "se pusieran nerviosos porque nunca salen a la calle".

La Policía Local ya puso el caso en conocimiento del juzgado de guardia y la familia agredida ratificará la denuncia, ya que quieren que se investigue cómo abandonaron los perros el recinto cerrado. El dueño sospecha que alguien les pudo abrir desde fuera, pero los agentes no descartan un descuido.