La temeridad al volante se encuentra a la orden del día. Y acaba pasando factura. La prueba está en que la Fiscalía de Vigo acusó durante el pasado año a 715 conductores por delitos contra la seguridad del tráfico, lo que supone una media de prácticamente dos casos diarios. La conducción bajo los efectos del alcohol se lleva la palma: el 58% de las causas tramitadas por el ministerio público fueron contra personas que decidieron ponerse al volante del coche pese a ir en estado ebrio.

El 2007 se recordará como el año de la entrada en vigor de la reforma del Código Penal para endurecer los castigos contra los temerarios al volante. Pero en la memoria de la Fiscalía, y concretamente en el apartado de Seguridad Vial, es algo que no ha tenido mucho peso, ya que no se puso en marcha hasta el 2 de diciembre. De hecho, uno de los delitos -el de conducir sin carné- no ha empezado aplicarse hasta este pasado mes de mayo.

Así, según los datos de la memoria, en 2007 el ministerio público acusó en toda la provincia a 1.036 conductores. La mayoría de los escritos de acusación fueron realizados en la Fiscalía viguesa, ya que actuó contra 715 personas en los partidos judiciales de Vigo, Tui y Ponteareas: 417 por conducir tras haber ingerido alcohol, otros 235 por conducción temeraria y delitos de imprudencia con lesiones y, finalmente, otros 63 por negarse a realizar la prueba de alcoholemia.

En esta memoria se hace mención a los dos casos más destacados llevados en la sede de la Fiscalía de la ciudad olívica durante el pasado año. El primero es el del doble atropello de Vincios, que está pendiente de juicio: el fiscal pide cinco años y medio de prisión para Marcos González Buján, el conductor tomiñés de 29 años que se dio a la fuga tras arrollar mortalmente a dos peatones de 60 y 85 años. Su hermano, Óscar, de 21 años, también se sentará en el banquillo de los acusados ya que iba de copiloto y no prestó auxilio a las víctimas.

El otro caso que se destaca fue el de un conductor cazado en autovías de toda España a velocidades excesivas. El joven aceptó una condena de un año y medio de prisión y cuatro años sin carné.