Los responsables de la Escuela de Empresariales de Torrecedeira advierten de que el centro podría quedarse "sin alumnos" en el curso 2009-2010 tras el rechazo del Rectorado a su propuesta para transformar la actual diplomatura en un grado de Comercio.

El equipo de gobierno de la Universidad de Vigo aprobó el lunes las 24 carreras que se adaptarán a Europa a partir de septiembre de 2009 reduciendo la oferta en el ámbito de ciencias empresariales a un único grado en Administración y Dirección de Empresas.

El director de la escuela, Patricio Sánchez Bello, explica que si el Rectorado opta por comenzar a impartir el grado en todos los cursos en lugar de forma progresiva los alumnos que hoy estudian la diplomatura en Empresariales tendrían que trasladarse al campus para integrarse en la nueva titulación. "Todavía es una incógnita cómo se realizará esa adaptación y están preocupados porque tendrían que hacer cuatro cursos en lugar de tres", añade.

La sensación en la escuela, comenta, es de "enfado" y sienten que el Rectorado ha "menospreciado" su propuesta al entender que sus planes se refieren a una nueva titulación en lugar de una transformación de la actual diplomatura "sin ni siquiera haber visto los contenidos".

Sánchez Bello lamenta la actuación unilateral de los responsables de la Universidad y les reprocha la falta de debate: "No hubo ningún acercamiento por su parte ni se sentaron con nosotros para pedirnos la propuesta. Tuvimos que adelantarnos".

El director de Empresariales comenta que hay posibilidades de que la Universidad imparta un grado en Comercio a partir del curso 2010-2011, como les transmitió el director xeral de Universidades en una reciente entrevista, pero "no está asegurado" que vaya a impartirse en la escuela de Torrecedeira. "Eso se decidirá el año que viene y podría no estar aquí", explica.

Sánchez Bello apunta que, sin embargo, sí se ha aprobado un posgrado en Comercio Internacional, cuyas clases empezarán en el centro el próximo octubre.

Ante lo que entienden como "desaparición" de un título y de la propia escuela, la directiva esgrime las cifras de matriculación -cada curso entran doscientos alumnos en primero - y las expectativas laborales.

El centro debatirá la situación en la próxima junta de escuela y el director seguirá reuniéndose con alumnos para informarles: "Estaremos ahí dando la lata".