Hasta en tres ocasiones repitió ayer Santiago Domínguez que el proyecto Vigo 2013 "es súper viable, razonable y con instalaciones realistas que, en el caso de la Ciudad del Deporte, no agota la reserva de suelo contemplada en el Plan Xeral".

La otra gran preocupación del equipo, además de demostrar la solvencia económica de su programa, es convencer a los vigueses de que las nuevas infraestructuras serán para ellos. "Serán instalaciones abiertas a la ciudad y que actualmente ya necesitan y nos piden los clubes locales. El deporte vigués tiene en la Universiada la oportunidad de ver cumplidas sus demandas infraestructurales", explicaba satisfecho el concejal de Deportes, Xabier Alonso.

El Gobierno local considera fundamental el respaldo de la ciudadanía, por lo que ambos insistieron en que "ningún proyecto quedará sin uso en el futuro": la Ciudad del Deporte se convertirá en el sustituto del actual pabellón de As Travesas, mientras que la villa universitaria se prevé convertir en zona residencial. "Con el nuevo hospital y las canchas de Valladares ya no habrá distancias y el Campus será una zona más para residir en Vigo", apuntaba optimista Alberto Gago, quien confía además en que la Universiada "obligue a cumplir los plazos del AVE, el nuevo hospital y hacer un desvío de la autopista al Campus".