Una candidatura sumamente seria y con claras intenciones de ganar la Universiada. Una ciudadanía volcada y un proyecto concebido como un plan estratégico a largo plazo que contribuya a renovar las infraestructuras deportivas y universitarias existentes y a dinamizar otras importantes, como el nuevo hospital". Esta es la impresión que se lleva el tribunal de la Federación Internacional de Deporte Universitario (FISU) de la propuesta de Vigo para las olimpiadas universitarias de 2013.

El trabajo bien hecho se vio ayer recompensado durante la comparecencia de Stefan Bergh, vicepresidente del organismo, quien agradeció el cariño y emotividad recibidos y advirtió a Concello y Universidad de que "con independencia de la decisión que se tome el 31 de mayo, Vigo ya se ha situado en el mapa de la FISU, demostrando que quiere formar parte de esta organización", a través de una Universiada o cualquier otra competición internacional de alto nivel.

Esta visita de tres días era el examen definitivo y la ciudad "ha salido reforzada". Así lo interpretan el teniente de alcalde, Santiago Domínguez, y el alcalde, Abel Caballero, quien ayer arrancaba una amplia sonrisa a los seis miembros de la comisión evaluadora atreviéndose a puntuar la candidatura de Vigo con un "9,9 sobre diez". A Bergh, el reglamento no le permite ser tan concreto, pero sí insistió hasta en tres ocasiones que habían advertido "un proyecto robusto, sólido y competitivo" con algunos "puntos débiles" que no puede desvelar pero que, en todo caso, "podrían negociarse y superarse" hasta 2013.

Respaldo institucional

El entusiasmo de todo el equipo que rodea la candidatura de Vigo y el expresado el sábado por los colegios y clubes deportivos en el pabellón de As Travesas ha sido uno de los aspectos más valorados por la FISU. A la hora de mencionar los puntos fuertes de la ciudad frente a sus competidoras, Bergh destacó "el vuelco de la ciudadanía, el respaldo de los gobiernos central y autonómico y el apoyo de los empresarios".

No obstante, las visitas "más fructíferas" a la hora de tomar la decisión final fueron la realizada al Ifevi, "por su flexibilidad de usos" y a la Universidad, por su cercanía a la futura villa olímpica. "El que Vigo sea una ciudad estable y segura también es algo muy importante", puntualizaba Bergh, posiblemente recordando los problemas que está teniendo la FISU con el certamen de este año en Belgrado. Para subir nota, la candidatura apuesta por innovadores controles de acceso y por la sostenibilidad y parece que el esfuerzo ha merecido la pena, ya que Bergh explicaba en su intervención que "nos han sorprendido las nuevas ideas medioambientales y el ver aquí propuestas que no se han incluido en ningún otro proyecto", y por escrito al menos ya los conocen todos.

Despedida con la promesa de volver "en 2013 y con el Celta en Primera"

La visita de la FISU concluyó igual que se puso en marcha hace cuatro días, con una amplia sonrisa de los seis evaluadores. La comparecencia de despedida celebrada en el hotel Pazo los Escudos sirvió para comprobar una vez más el buen ambiente y la confianza generada entre el equipo del proyecto vigués y el grupo que los evalúa.

Lejos de formalismos, que reservaron para las sesiones de trabajo, los jueces de la Universiada se despidieron efusivamente del director del proyecto, Roberto Álvarez, y de uno de sus asesores, Pedro Palacios, responsable de comunicación de las Olimpiadas del 92.

Bromas, besos al aire e invitaciones para regresar. "Nos vemos en 2013", se despedían entre risas los examinadores, aunque es posible que haya quien visite Vigo antes. Malumbete Relethe, el juez sudafricano, lo tiene claro y ya advirtió a Domínguez de que espera volver "many times", es decir, "muchas veces" para poder ver al Celta en Primera División. El teniente alcalde prometió reservarle entradas, aunque tendrá que duplicar el gesto y traer a la madre de Stefan Bergh, aficionada al fútbol y que se lleva de regalo una camiseta del club.

Finalizados los actos oficiales y pese al cansancio, se tomaron unos minutos para despedirse de azafatas y voluntarias, muy emocionadas.