La candidatura de Vigo apostó por la emotividad y triunfó. El respaldo de un millar de niños que ayer por la tarde inundaron con sus cánticos y aplausos el pabellón de As Travesas dejó sin palabras a los jueces de la Universiada. Abrumados con la calurosa acogida de los colegios y clubes deportivos, el vicepresidente de la Federación Internacional de Deporte Universitario (FISU), Stefan Bergh, señaló que "este es uno de esos momentos en mi vida en que me cuesta encontrar las palabras. Desde que pusimos un pie fuera del avión no hemos recibido más que calidez y un fuerte apoyo al proyecto. Cuando una ciudad organiza un gran evento necesita del respaldo de su ciudadanía y Vigo lo tiene".

El líder de la comisión de Bruselas pronunció estas palabras vistiendo una camiseta roja de apoyo a la candidatura y justo antes de desear "buena suerte a Vigo" y explicar que "es una ciudad preparada", tal y como reza el lema del proyecto. A continuación y saltándose el guión, subió a las gradas y saludó a algunos de los niños y padres que participaron en el acto y que habían interrumpido su discurso varias veces con aplausos y vítores, coreando el nombre de Vigo.

¿Es el himno de la ciudad? Esa era la pregunta que se hacía todo el grupo cuando los asistentes comenzaron a cantar la Rianxeira, la guinda a un acto emotivo en el que seis parejas de niños entregaron a cada miembro de la comisión un ramo de flores y una camiseta. Fue entonces cuando los miembros de la FISU se mostraron más distendidos, abrazando a los chavales, cogiéndolos en brazos y saludando al público.

Tras ellos y encantados con lo bien que marcha el examen para la Universiada se encontraban el alcalde de Vigo, Abel Caballero; el teniente alcalde, Santiago Domínguez; y una amplia representación del Gobierno local, respaldados por la presidenta del Parlamento, Dolores Villarino.

El de As Travesas era un acto ensayado y que ya triunfó hace mes y medio con los miembros del Consejo Superior de Deportes (CSD) español. Ayer se convirtió en el acto principal de la visita de la FISU, cuya segunda jornada comenzó con doble sesión de trabajo para analizar la seguridad, el control de accesos a la villa olímpica y medio ambiente, "uno de los ámbitos en que más los hemos sorprendido, junto con este respaldo de la gente", resaltaba Domínguez "orgulloso de Vigo".

El jurado disfrutó también la comida preparada en la adega Terras Gauda y las visitas para conocer O Bao, Samil, Balaídos, donde fueron recibidos por la directiva del Celta, y los pabellones de Bouzas, Coia y O Berbés.

El cierre de la jornada, inmejorable, una cena con empresarios, sindicatos y organismos públicos en el Museo del Mar amenizada por la música de Budiño.

ANECDOTARIO

- Los jueces de la FISU causan una grata impresión. Son completamente distintos, pero todos responden con una sonrisa a las propuestas de la organización. Durante la cena del viernes con empresarios, Stefan Bergh incluso se atrevió a explicar que su madre es aficionada al fútbol y "no se explica cómo el Celta, con lo que fue, ahora no gana". La historia le ha servido para conseguir una camiseta firmada para su madre.

- Pero la estrella de la comitiva es Malumbete, el juez sudafricano, que se ha revelado como el más simpático, siempre con algún chiste a punto. Fue el primero en ponerse ayer la gorra que le regalaron los jugadores del Celta. Sus camisas estampadas son objeto de comentarios continuos, como la afición de Hisato Igarashi por las fotos. Haciendo gala de los tópicos sobre japoneses, no para de hacer fotografías de todas las instalaciones.