Ciudades como Abu Dhabi, Barcelona o Cuenca crecen a partir de trazos vigueses. Son los esbozados por tres jóvenes arquitectos locales que trabajan en pujantes y reconocidos estudios nacionales e internacionales. Vigo exporta talentos al mismo tiempo que apuesta por fichar a profesionales foráneos de renombre como Nouvel o Aldo Rossi para que la den a conocer al mundo.

"Es verdad el dicho de que nadie es profeta en su tierra", reconoce Álvaro Visier desde los Emiratos Árabes, donde vive a sus 28 años "un sueño" como integrante del estudio londinense Broadway Malyan para el que lleva a cabo proyectos como la isla artificial Al Bandar, con 530 apartamentos y atraque de 120 megayates.

Ninguno de estos prometedores arquitectos se opone a la contratación de firmas de prestigio, pero echan de menos que se confíe en las de casa. "Hay que explotar más a los arquitectos vigueses y abrirles los grandes proyectos para que puedan darse a conocer a través de su ciudad", añade.

"A veces se valora más a un profesional por ser de fuera o por el nombre que tiene detrás, pero los arquitectos gallegos también son un reclamo para gente que quiere aprender ahí con ellos", destaca Sandra Formigo durante un receso de trabajo en el estudio madrileño de Belén Moneo y su marido Jeff Brock.

El más crítico con los proyectos "estrella" es Jaime Blanco, que los atribuye al "marketing" y los anhelos "de proyección personal de los políticos". A igual que sus dos colegas, sigue vinculado a Vigo a través de los concursos a los que se presenta con sus tres socios de Mestura Arquitectes, con sede en Barcelona. Han participado y "sufrido" en la redacción del Plan Xeral, así como aportado ideas para la cubierta de la calle Príncipe o la facultad de Bellas Artes en el campus de Pontevedra.

En su lista de preferencias en la ciudad citan el Marco, la Fundación Barrié de la Maza o la obra de Bar Bóo. Reconocen que, como en este último caso, los arquitectos gallegos son poco conocidos fuera de nuestras fronteras, pero quizá ellos inviertan esta realidad. Ideas y ganas no les faltan.

ÁLVARO VISIER // BROADWAY MALYAN (LONDRES): "Hago proyectos que me permiten soñar en cuanto a diseño"

Lleva seis meses en Abu Dhabi, la capital de los Emiratos Árabes, y a día de hoy está comenzando a ver cómo sus ideas para la isla artificial de Al Bandar comienzan a ser tangibles: cinco torres con medio millar de viviendas dispuestas en zig zag para que unas den sombra a las otras, zona comercial y un puerto con atraque para doscientos barcos. También ha empezado la construcción del hotel Lagoon, en el que ha concebido un restaurante a modo de moderna aeronave. "Es una experiencia fantástica porque son proyectos que te permiten soñar en cuanto a diseño y he tenido la oportunidad de estar implicado desde la primera línea que dibujé hasta la obra", destaca.

Decidió hacer las maletas al terminar la carrera en Madrid y se plantó en Londres sin más ayuda que su currículo y el trabajo realizado "todos los veranos" en el estudio de su padre, el arquitecto vigués Ángel Visier. En cuestión de días le llamaron para una entrevista en Brodway Malyan, uno de los diez estudios más grandes de la capital británica, y le propusieron el proyecto de Al Bandar. Firmó su contrato en abril de 2006 y el año pasado se trasladó a la oficina de Abu Dhabi, donde tienen más diseños de los ya mencionados.

Visier es testigo de un imparable desarrollo urbanístico en medio del desierto: "En estos meses la ciudad ha cambiado. Hay más gente y ahora se ven más coches pequeños, que son los que alquilamos los europeos que venimos a trabajar y conformamos la clase media. Todo está en construcción y es muy difícil encontrar una vivienda", comenta.

A Visier le gustaría formar parte de un plan general de Vigo para "ponerla en el mapa internacional" con una apuesta por lo contemporáneo. "Hay que mezclar lo tradicional con el diseño de hoy porque la arquitectura debe reflejar el paso del tiempo en la ciudad", defiende. De lo ya construido destaca a Bar Bóo, las obras de Miralles en el campus y el edificio azul de García Barbón, que firma el estudio de su padre. Reivindica los arquitectos locales porque conocen "la geografía y las costumbres" y lanza "un grito a la reflexión" para que las normativas "confíen" en la arquitectura: "Deben ser más abiertas para que el profesional haga disfrutar a la gente de lo que tiene".

JAIME BLANCO // MESTURA ARQUITECTES (BARCELONA): "Cuando la ciudad sea capaz de poner en positivo todo su valor dará mucho que hablar"

Su proyecto fin de carrera es el que, sin duda, le gustaría llevar a cabo en la ciudad en la que creció, aunque por desgracia ya es irrealizable. "El solar de la panificadora es muy privilegiado y yo propuse extender la plaza del Rey sobre las cubiertas de un complejo deportivo para que fuesen espacios de uso público y los ciudadanos pudiesen contemplar la ría. El edificio incluiría un centro cívico y multicines, mientras que los silos serían un archivo municipal. No tiene nada que ver con lo que finalmente se va a hacer", lamenta.

Blanco, de 32 años, se considera "un barcelovigués", pues a los catorce se trasladó de la ciudad condal a Vigo, de donde es originario su padre. Empezó la carrera en A Coruña y la terminó en Cataluña en 2002. Mientras estudiaba colaboró en el estudio de dos profesores y en 2005 formó con ellos una sociedad a la que también se unió un antiguo compañero de la facultad herculina, el ferrolano Carlos Durán. Así nació Mestura Arquitectes, cuyo nombre hace referencia a esa "mezcla de orígenes gallegos y catalananes y de generaciones".

"Con Vigo tengo una relación sentimental muy grande y, como equipo, estamos interesados en participar en cualquier proyecto que surja en Galicia. Nuestro sueño sería contar con una oficina en la ciudad", explica. Además de participar en el Plan Xeral, Mestura concurre a rehabilitaciones en el Casco Vello y su proyecto para la sede de Puertos de Galicia quedó en el tercer puesto.

"Hasta ahora no había demasiados concursos, pero parece que esto cambia, que ahora hay más transparencia y que el espíritu de competitividad empieza a ser más sano", opina. Al contrario que en Cataluña, el colegio de arquitectos de Galicia no tiene el mismo peso y esto también influye en que profesionales como Bar Bóo, "que podría estar a la altura de grandes maestros españoles", no se conozca fuera. El mismo argumento justifica que no se consulte a los expertos sobre proyectos "faraónicos" como el del Puerto que "no acaban de ver la luz".

"Lo de Vigo es frustrante, pero soy optimista. Cuando sea capaz de poner en positivo todo ese valor que tiene dará mucho que hablar y ya hay síntomas de cambio", concluye.

SANDRA FORMIGO // ESTUDIO MONEO BROCK (MADRID): "Los políticos buscan un efecto Guggenheim como solución a todos los problemas"

Formada en la Escuela de A Coruña, entró hace un año en el equipo de Belén Moneo y Jeff Brock con la experiencia acumulada en el estudio vigués de Irisarri y Piñera y en el de Iago Seara, en Santiago. "En los dos se trabaja con mucha dedicación e ilusión y siempre he estado en proyectos interesantes", destaca. Entre los asumidos ya en Madrid figura el diseño del recinto ferial de Cuenca, en el que también colabora Rafael Moneo y su otra hija, Clara.

Sandra, de 31 años, nació en Ourense, aunque se crió en Vigo, donde vive su familia. De su último destino destaca la interacción entre los profesionales de distintas nacionalidades que colaboran en cada proyecto. Una de sus compañeras es de Pontevedra y cree que la presencia de ambas ha influido en que el estudio se presente a concursos en Vigo como el Campus Verde, que convoca la Universidad y que implicará una actuación paisajística y medioambiental.

En su opinión, los planes de Jean Nouvel para el puerto vigués o el Auditorio ideado por César Portela resultan "polémicos" debido a la influencia de la política sobre la arquitectura y apunta a la búsqueda del "efecto Guggenheim", esto es, contratar a arquitectos extranjeros o de prestigio "como solución a todos los problemas de una ciudad".

Formigo reivindica la valía de los profesionales de nuestra comunidad, a pesar de que son poco conocidos. Y entre los futuros proyectos de Vigo destaca la Ciudad de la Justicia, que se ejecutará con un diseño de sus antiguos jefes, Irisarri y Piñera: "Es muy interesante e influirá positivamente en todo el tejido urbano de su alrededor, que está muy degradado".

"Vigo ha crecido sin control y se están pagando las consecuencias, pero se está intentado poner remedio a esto y cada vez se valora más la calidad arquitectónica", añade.

A su juicio, la educación es un puntal básico para que la gente valore el trabajo de los profesionales: "Se debería intentar enseñar la buena arquitectura, empezando por los niños. En Vigo hay buenos ejemplos de distintas épocas. También es nuestra labor inculcar que un arquitecto no sólo aporta la firma a un proyecto".

En el futuro le gustaría abrir su propio estudio, pero éste no tendría por qué estar en Vigo ya que hoy "es posible trabajar con Galicia o Cataluña independientemente de dónde estés".