A mí me gusta vivir aquí. A veces me planteo cómo estaría fuera y pienso que el circo es mejor". Sorprende la reflexión de un niño de 14 años, que con sólo 5 inició sus "pinitos" en la arena y hoy es el testigo vivo de cinco generaciones circenses. Ricardo de la Torre vive entre caravanas y es uno de los domadores más jóvenes de Europa. Dice que tiene vocación y que sólo trabaja porque él quiere: "Prácticamente nací en el circo... Me he criado con animales y aprendí a domar de mi padre". Su progenitor, italo-español y hoy de viaje, vendrá el jueves para el estreno en Vigo.

Entre las ventajas que encuentra a su vida está conocer mundo: "Descubro ciudades nuevas y me puedo mover por Europa". En su corta vida ya cruzó España, Portugal e Italia. "Empecé con pocos añitos", asegura.

Echaron el amarre de sus caravanas en Samil el pasado domingo y actuarán hasta el 27. Un circo, el "Roma", con el que viajan sesenta y cinco trabajadores y, entre ellos, una persona ajena a los espectáculos: la profesora. Y es que el circo tiene escuela. Cada mañana, Rosa la profe, sale de una rulot que se comunica con el resto de las instalaciones, para dar clase. Los cuatro niños (tres, hermanos de Ricardo) que viajan de aquí para allá siguen este peculiar estilo de escolarización. Sus exámenes se remiten al Ministerio de Educación, encargado de corregirlos. Ricardo está en 2º de ESO; el resto son más pequeños, y reconoce que no le va muy bien en los estudios. Aún así, sacó un sobresaliente en Matemáticas y Lengua.

Su tío, Juan Romera, el segundo de abordo en la dirección, relata los esfuerzos que supone mantener a flote esta clase de empresas, con riesgo de pasar de moda. La baja estos días es un hipopótamo que cogió gripe. Los 20 animales son revisados por el Seprona.