Mañana, a partir de las ocho de la mañana, las obras volverán al solar de la antigua Casa Mar, donde se levantará el Auditorio. La empresa Sacyr, adjudicataria de la construcción y explotación del complejo junto con Caixanova y otro grupo de compañías, confirmó ayer la reanudación de los trabajos, paralizados desde marzo del año pasado por el desacuerdo sobre el presupuesto total entre los promotores y el arquitecto que diseñó el complejo, César Portela.

De momento se cumplen los tiempos anunciados cuando el alcalde, los empresarios y Portela anunciaron el proyecto final, tras hacer importantes reajustes en las dimensiones. Portavoces de Sacyr afirmaron ayer que "es una prioridad que la obra se entregue en plazo". El compromiso asumido es inaugurar el futuro Auditorio el día de Año Nuevo de 2011.

Limpieza

El solar se encuentra ahora invadido por la maleza y es utilizado como aparcamiento tras haberse abierto la verja metálica por la calle Jacinto Benavente. Los operarios vallarán mañana la parcela y procederán en los próximos días a retirar la vegetación.

Además, en estas primeras semanas se realizarán catas arqueológicas, un requisito imprescindible puesto que la parcela se encuentra próxima a un importante yacimiento arqueológico. En principio los técnicos consideran que el subsuelo está formado por la antigua playa, e incluso se ha hallado una roca de gran tamaño que obligó a reajustar el proyecto.

Hasta ahora sólo se ha realizado la demolición de Casa Mar, un proceso que se alargó para evitar graves desperfectos en la nave de Pereira, que estaba pegada a la antigua industria. El derribo costó 3,2 millones, de los 85,7 en que está presupuestada la obra. En marzo, al finalizarlo, estalló el conflicto entre el arquitecto autor del diseño y las empresas.

Excavación

La excavación, tras la limpieza y la catas, será la fase siguiente. El calendario anunciado sitúa para antes del verano el comienzo de la retirada de tierras. La empresa todavía tiene que presentar en el Concello el proyecto básico del Auditorio, y posteriormente el documento técnico final. Cuando se aprueben ambos habrán terminado todos los trámites para ejecutar de pleno la construcción.

El Pazo de Congresos, con el proyecto definitivo, tendrá unas dimensiones de 47.000 m2, prácticamente la mitad de los previstos en un principio. La sala principal mantiene casi intacto su aforo, con 1.470 localidades, mientras que la secundaria, que iba a destinarse a congresos, queda abierta para usos polivalentes. La mayor reducción se produce en los espacios comerciales y en el parking, que pierde más de medio millar de plazas. El hotel será de cuatro estrellas y ofertará en torno a 120 habitaciones.