La tasa por no declarar dos bolígrafos Montblanc, una botella de whisky y un reproductor de música "Ipod" alcanza los 1.160 euros en la aduana del aeropuerto de Oporto. Ésta es la denuncia que realizó ayer el abogado venezolano Arsenio Taboada nada más leer en la edición digital de FARO el caso del vigués Enrique Sanjurjo.

En uno de sus tantos viajes a Vigo para visitar a sus familiares, Arsenio Taboada optó por aterrizar hace más de un año en Sá Carneiro. "Me pararon con malas maneras y siendo extremadamente agresivos. Me dijeron que la multa por lo que llevaba era de 1.160 euros. Entonces comenzaron a negociar. Te aplicamos la mínima tasa, que son 278 euros y nos das 500 aparte -le dijeron-. Me quedé sorprendido por lo que estaba escuchando. Por supuesto, no me quedó otra opción que aceptar. Su tono amenazante no contribuía a que pudiera relajarme. Todavía conservo el recibo de haber abonado los 278 euros, el resto no sé a qué fue a parar", resume.

Arsenio Taboada relata que uno de los funcionarios con los que trató era el mismo con el que tuvo problemas el vigués Enrique Sanjurjo. "Se llamaba José Carlos Camarinhas. Un señor bajito y con gafas", recuerda.

"Nunca me había pasado algo similar. Nada más salir del aeropuerto puse una denuncia. Todavía estoy esperando la respuesta. Luego me fui al consulado de Venezuela en Vigo. Es cierto que me trataron de maravilla, pero tampoco volví a saber nada más". Este venezolano afirma que el aeropuerto de Sá Carneiro comienza, incluso, a tener una mala fama entre sus clientes. "Me dicen que lo único malo de esa terminal es el trato que te dan. Yo lo corroboro", sentencia.