El impuesto de rodaje en Porriño sale a precio de ganga. Sobre todo si se compara con las tarifas que se aplican en Vigo. Las diferencias entre la ciudad y el municipio de su área de influencia alcanzan los 43 euros en un turismo de potencia media. El dueño de un coche de 90 caballos censado en la urbe deberá pagar este año 119,65 euros al Ayuntamiento. Un porriñés con el mismo modelo tributará 71,94.

Los vigueses son, de hecho, los ciudadanos que más pagan por canon de circulación en el área metropolitana. Siguiendo el mismo ejemplo, la tasa para un utilitario más modesto asciende en la ciudad a 55,70 euros, mientras que en el citado municipio de la comarca de Louriña no llega a 37. El concello olívico supera por amplio margen a la mayoría de las localidades de su entorno, aunque el caso de Porriño es especial. Su gobierno aplica desde hace años la tarifa mínima legal, y aprobó la última subida fiscal en agosto de 2006. En Vigo aumenta al ritmo de IPC, un 2,4% en el último año, al igual en el anterior.

Los vecinos de uno de los ayuntamientos vecinos, Mos, también se favorecen de una fiscalidad muy baja en el impuesto de rodaje. Sus dirigentes políticos llevan años sin subirlo, para beneficio de sus residentes, que pagan 36 euros por un utilitario, y 77 por un coche de cierto caballaje.

El margen de Vigo con respecto a otros municipios es inferior, y en algún caso incluso la tarifa se le aproxima. Es el caso de Redondela. Matricular un automóvil de potencia media allí conlleva un gravamen en circulación considerable (107 euros este año).

En los demás concellos del área metropolitana de entidad media, caso de los de O Morrazo o Baiona, las diferencias con Vigo rondan los 30 euros. Los moañeses y cangueses con un vehículo medio tienen que rascarse el bolsillo y pagar 93,52 y 91,56 euros respectivamente. Los vecinos de Baiona, 90. Aquellos con un automóvil de menor caballaje están obligados a ingresar en las arcas municipales entre 42 y 44 euros.

Ciudades

La fiscalidad en las ciudades gallegas es similar a la viguesa, con la salvedad de Pontevedra. Sus residentes con coche son los más afortunados. Cien euros les cuesta este año el uso de las carretera del territorio a los que tienen un vehículo medio. Los ourensanos también contribuyen con una cuota inferior a la de los vigueses, aunque la diferencia no llega a los dos euros.

En el norte las tarifas son más altas. Ser propietario de un coche matriculado en Lugo es ligeramente más gravoso que en Vigo. Los coruñeses son los que sufren la fiscalidad más alta. Conducir un utilitario modesto propio sale por 59 euros, y para un coche de coste medio la tarifa está muy próxima a los 125.

Las diferencias en las motos de alta cilindrada entre Vigo y su área metropolitana son, en algunos casos, enormes. A quien tenga una motocicleta de más de 1.000 centímetros públicos empadronada en la ciudad le va a llegar un recibo este año de 224 euros. El que la cense en Mos afrontará una cantidad mucho menos onerosa. No ella a los 80 euros.