La estatua ha sido sometida a unos retoques para reproducir el nuevo rostro de Letizia Ortiz, resultado de la septorrinoplastia a la que se sometió en agosto del año pasado y que cambió notablemente su cara. La nueva réplica de la princesa aparece con las facciones más dulcificadas y con un traje cedido por el diseñador Hannibal Laguna en gasa negra y cuerpo en tono champán bordado con pedrería.

Junto a ella, el príncipe Felipe, que viste un chaqué. Los responsables de estos cambios están muy satisfechos con el resultado final de la figura. Algo menos parecen estarlo los visitantes, que creen que las figuras no hacen justicia a los personajes.