Los fotógrafos son Yuri Cortéz, de la agencia francesa de prensa (AFP), y Rolando Avilés, del diario local Al Día.

Avilés declaró hoy a Efe que los hechos se produjo en la vía pública después de que varios guardaespaldas intentaran quitarles el material fotográfico que habían recopilado ese día en Playa Santa Teresa, provincia de Puntarenas (Pacífico), donde se celebró la boda.

El fotógrafo explicó que nunca entraron en la propiedad privada de la pareja y que los hechos sucedieron tras un diálogo con los guardaespaldas en el que se negaron a entregar el material fotográfico.

Avilés comentó que en el momento de arrancar el vehículo, que era conducido por Yuri Cortéz, vieron que uno de los guardaespaldas sacó un arma y de inmediato disparó al cristal trasero y además quebró el parabrisas delantero.

La bala, según el fotógrafo, iba "a la altura de la cabeza" y estuvo a punto de impactar a su colega de la agencia francesa, de nacionalidad salvadoreña y que trabaja en la oficina de Costa Rica.

Ambos fotógrafos denunciaron los hechos ante el organismo de investigación judicial (OIJ) que tiene planeado para hoy realizar una inspección en la zona de los hechos.

Avilés declaró que "fue un gran susto" y reiteró que sólo estaban haciendo su trabajo desde "un cerro" y "fuera de la propiedad privada", donde intentaban captar alguna foto de la boda.

Por su parte, Yuri Cortéz declaró a la agencia de noticias para la que trabaja que "por muy poco" no le alcanzó la bala y aseguró: "he vuelto a nacer".

Giselle Bündchen se casó en el atardecer de ayer en una playa de Costa Rica, por segunda ocasión, con el jugador de fútbol americano Tom Brady, en una ceremonia que la prensa local describió hoy como sencilla.

De acuerdo con el diario Al Día, la brasileña utilizó un vestido azul y el deportista estadounidense un traje entero, en una boda que se efectuó en la mansión que Bündchen posee en una colina con vista al mar en Playa Santa Teresa, provincia de Puntarenas (Pacífico).

La residencia fue adornada con flores blancas y una abogada fue la encargada de casar a la pareja, que el pasado 26 de febrero había contraído nupcias en una discreta ceremonia celebrada en una iglesia católica de Santa Mónica, Estados Unidos, a la que sólo acudieron el hijo de Brady y unos pocos invitados más.

En los alrededores de la mansión se desplegó un amplio operativo a cargo de oficiales de seguridad privada, con la intención de garantizar la privacidad de la boda y evitar que las decenas de fotógrafos y periodistas presentes en el lugar obtuvieran alguna información.

A la boda en Costa Rica fueron invitadas unas 50 personas entre familiares y amigos cercanos a la pareja.