"Yo no quiero tener sucesor ni suceder a nadie tampoco", dijo en rueda de prensa el cantante, que celebra sus bodas de oro en la música con el disco.

"Pero por qué tiene que haber sucesor! Cada uno es cada uno, cada uno tiene su forma, su manera, nadie tiene que suceder a nadie, hay sitio para todos, que cada uno haga su carrera", apuntó Raphael.

El artista recordó que cuando le preguntaban en sus inicios a quién quería parecerse, el respondía: "quiero ser yo".

Raphael recomendó a los nuevos valores de la música "tener la conciencia de hacer algo que no se parezca a lo de los demás, porque para eso ya están los demás".

A las discográficas les pidió "apoyar a los nuevos talentos que son individuales, que no quieren ser clonados de otros artistas ni cantar a la manera de éste o de aquel".

Entre los artistas jóvenes que sigue, destacó al dúo Amaral y a la ex solista de La Oreja de Van Gogh, Amaia Montero, ambos compatriotas suyos.

"Cantares", con Joan Manuel Serrat; "Morir de amor", con Miguel Bosé; "Volver, volver", con el mexicano Vicente Fernández; y "El himno de la alegría", con Miguel Ríos, son parte de la veintena de temas incluidos en su álbum.

También colaboran David Bisbal, Alaska, Joaquín Sabina, el colombiano Juanes, el mexicano Armando Manzanero, y gracias a la tecnología, las fallecidas Rocío Dúrcal y Rocío Jurado.

La gira del álbum llevará durante los próximos dos años a Raphael "por todo el mundo", aunque se tomará descansos de tres semanas en su domicilio entre sus viajes al extranjero, explicó.

"Para que no me echen de casa", bromeó.

No quiso hablar de sus planes más allá de la gira, aunque según reveló en la presentación del disco en España, está "en vías de producción" de un nuevo musical de los mismos autores con los que en 2000 estrenó "Jekyll & Hyde".

"Cualquier día doy el susto y hago otra película", exclamó.

Raphael quiere también grabar otros discos similares al que conmemora sus 50 años, para dar cabida a otros artistas a los que no se pudo incluir por cuestión de espacio.