El terreno, situado en el hemisferio sur del satélite, puede verse perfectamente desde la Tierra con un telescopio no muy potente, por lo que su propietaria podrá controlar cuando lo desee el estado de sus "propiedades".

Zhúkova, de 27 años, podrá llevar a cabo con su parcela lunar las mismas operaciones como si fuese una de la Tierra, es decir, venderla, dejarla en herencia o regalarla.

Las inversiones en la Luna están sujetas a la legislación internacional y, según la compañía que se encarga de organizar las mismas, únicamente se requiere garantizar el apoyo económico para la regulación de las actividades en ese satélite.

Una de las organizaciones más conocidas que representa los intereses de los inversores en el cosmos es la compañía "Lunar International", que vende parcelas en la superficie lunar e invierte el dinero obtenido en financiar investigaciones en la Luna.