El heredero del trono ha contratado para ello a su banco de inversiones, Credit Suisse, que ha comenzado ya a buscar a inversores de Oriente Medio dispuestos a invertir en el fondo, bautizado Tellesma, según informan hoy varios medios británicos.

Tellesma estará dirigido por un equipo de importantes ejecutivos del sector, entre ellos Ian Henderson, ex director ejecutivo de Land Securities, la mayor inmobiliaria del país, que ha sido nombrado presidente y tendrá a su lado a Mark Collins, procedente también de Land Securities.

No se cree que el príncipe de Gales vaya a tener un papel oficial en el nuevo fondo aunque su empresa de carácter benéfico "the Foundation for the Built Environment" estará involucrada en funciones de asesoramiento.

Un tercio del nuevo fondo será propiedad de "The Prince's Charities", grupo de diecinueve organizaciones benéficas apoyadas por el príncipe de Gales, entre ellas el "Prince's Trust", que se beneficiarán de las ganancias que se obtengan.

Los otros dos tercios serán propiedad de los diversos inversores, que recibirán también regularmente su parte de los beneficios generados.

El primogénito de Isabel II concibió Tellesma para aprovechar la experiencia adquirida en el desarrollo de Poundbury, un pueblecito edificado hace quince años en el condado de Dorset (sur de Inglaterra) y que muchos consideran un modelo de desarrollo urbano sostenible.

Poundbury se construyó en terrenos pertenecientes al Ducado de Cornualles, es decir del propio Carlos, sus edificios tienen un carácter tradicional ya que imitan los de las viejas aldeas circundantes y las fábricas creadas están en el mismo pueblo para evitar largos desplazamientos al trabajo.

El nuevo proyecto, sin embargo, se centrará más bien en el reacondicionamiento de instalaciones industriales abandonadas o en propiedades comerciales, siempre con respeto a la ecología, viejo caballo de batalla del heredero del trono.

Los responsables del nuevo fondo quieren aprovechar la caída de precios de los terrenos urbanizables, que se han abaratado en muchos casos en un 25 e incluso un 50 por ciento.