Así lo afirma el protagonista de "Indiana Jones", que en mayo volverá a la gran pantalla con la cuarta entrega de la saga, "The Kingdom of the Crystal Skull", en una entrevista con el diario "Bild am Sonntag".

El intérprete, quien asegura que el supuesto glamour de la vida del actor se limita a la noche de los Oscar, afirma que "no cuesta tanto" conceder un autógrafo a un admirador pero "lo peor" de la fama es sin duda la presencia constante de los fotógrafos.

"Nunca firmé en ningún sitio que por hacerme actor debía renunciar a mi esfera privada", apunta Ford, quien señala que entre él y su novia surgió "un vínculo espontáneo y maravilloso" y que son "felices" así, sin matrimonio de por medio.

Relata además que reparó en Flockhart (43 años), por primera vez, después de que ella le derramara por encima una copa de vino tinto y desvela que posee seis aviones, con los que satisface su pasión por las alturas y la velocidad.

Ford se ve muy sano a sus 65 años y, en algunos aspectos, "tanto como hace veinte años". "No es la edad la que marca la diferencia sino el nivel del cuentaquilómetros", sostiene el actor, parafraseando al intrépido aventurero que lo elevó a la categoría de estrella mundial en los años ochenta.

"No hemos intentado disimular mi edad", afirma el actor con respecto a la próxima entrega de la saga y asegura que no es "nada sentimental" con su trabajo, ni siquiera con el personaje que ya ha encarnado en cuatro ocasiones.

El actor, que reconoce que utiliza dobles para las escenas de acción -"yo sólo corro, salto y me caigo"- asegura que a sus dos hijos adultos les gusta Indiana Jones pero que su hija, de 17 años, está "más enamorada" de Johnny Depp que de su padre.

Ford asegura que le encantaría trabajar algún día delante de la cámara con su novia, famosa por su papel protagonista en la serie televisiva "Ally McBeal" pero niega que participe en la próxima entrega del caza-tesoros.