El monte ocupa en Galicia dos tercios de su territorio. Son más de 600 millones los árboles que cubren esta superficie, un tesoro valorado en 28.000 millones de euros al que, sin embargo, apenas se le saca rendimiento. La mayor parte de los bosques gallegos permanecen abandonados, la maleza los va asfixiando hasta que, en muchas ocasiones, las llamas los destruyen. Sólo el nueve por ciento de la superficie forestal de Galicia está cuidada y es explotada comercialmente. Tampoco se rentabiliza su valor paisajístico ya que la comunidad gallega es la que tiene menos hectáreas de bosque protegido de España.

Ésta es la radiografía del monte gallego que aporta el Estudio de Inversión y Empleo en el Sector Forestal, elaborado por la Asociación Nacional de Empresas Forestales y entregado esta semana al Ministerio de Medio Ambiente. Pese a ser una de las comunidades con más bosques, Galicia ocupa los últimos puestos en cuanto a inversión en el sector forestal, porcentaje de montes ordenados y protegidos.

Sólo el 18 por ciento del bosque de Galicia está incluido en algún espacio natural tutelado por la Administración, el peor ratio del Estado. En el extremo contrario están las islas, Baleares y Canarias, que prácticamente protegen la totalidad de la superficie forestal de su territorio.

A pesar de los incendios que cada año devastan hectáreas y hectáreas de monte, Galicia sigue siendo una de las comunidades más verdes. Ocupa el séptimo puesto en cuanto a terreno forestal por habitante, detrás de Extremadura, Aragón, Castilla y León, Castilla La Mancha, La Rioja y Navarra. A cada gallego le corresponderían 0,76 hectáreas de monte, según el informe del sector forestal.

No por tener más bosque es mayor la inversión de las empresas forestales y las Administraciones públicas. Sólo Extremadura, Cataluña y Aragón invierten menos en el sector forestal que Galicia -23 euros por hectárea al año-.

Para la Asociación Nacional de Empresas Forestales una de las inequívocas señales de abandono del monte gallego es el escaso porcentaje de terreno forestal sometido a algún tipo de aprovechamiento forestal u ordenación. Esto implica que en la práctica totalidad del bosque gallego no hay una planificación sobre qué árboles se plantan y cuales no, al tiempo que se permite que la maleza crezca sin control.

A pesar de ello, el sector forestal va ganando terreno poco a poco. Son ya más de 55.000 las empresas que se dedican a la producción maderera en Galicia. La inversión de esta industria se elevó a 47 millones en 2006. El 28 por ciento de lo que se invierte corrresponde, sin embargo, a subvenciones.