El arquitecto coordinador del proyecto de ideas de la Ciudad de la Cultura, Alfredo Díaz Grande, ha asegurado hoy que su cometido en el cargo fue el de organizar el "mejor concurso" y ha alegado que no tiene más memoria para entrar en otros debates.

Díaz Grande, que es el segundo de los comparecientes en la comisión de investigación sobre la totalidad de las actuaciones públicas referentes a la Ciudad de la Cultura, ha explicado en el Parlamento que durante su responsabilidad también ejerció labores como "asesor" del conselleiro de Cultura, Jesús Pérez Varela.

Sin embargo, ante las preguntas de los grupos del BNG y del PSdeG sobre el motivo de su elección y la forma, cuánto cobró y qué funciones realizó, Díaz Grande ha dicho que ha pasado mucho tiempo, que no lo recuerda y que carece de memoria para entrar en otros debates.

Sin embargo, el portavoz del BNG, Carlos Aymerich, ante esta respuesta, ha considerado que su mujer, la ex delegada provincial de Cultura y ex conselleira de Familia, Pilar Rojo, no debe de estar muy contenta de que no la memoria no le permita recordar que está casado con ella.

Tanto Aymerich como el portavoz del PSdeG, Xaquín Fernández Leiceaga, han preguntado a Díaz Grande si su relación político-familiar con miembros del PP, también es amigo íntimo del presidente del PP, Mariano Rajoy, influyó para que le concedieran el cargo que ostentó.

Según ambos portavoces, en la documentación no figura el contrato de Alfredo Díaz Grande, y han denunciado que las funciones que realizó excedían de su papel de arquitecto coordinador.

Tanto Aymerich como Fernández Leiceaga, han cuestionado que Díaz Grande hubiese enviado informes en el año 1998, antes de "supuestamente estar contratado", en los que ya recomendaba al "Presidente", en referencia a Manuel Fraga, a los arquitectos que se podrían seleccionar y que coinciden en su mayoría con los finalistas del concurso, así como crear una Fundación.

Además, ambos portavoces, cada uno en su turno, han coincidido en afirmar que en uno de esos informes del año 1998, Díaz Grande recomendaba que los arquitectos deberían tener absoluta libertad creativa sin más límite que el fin de la obra, lo que significa "la semilla" del desvío de 108 millones de euros a casi cuatrocientos.

Los portavoces han censurado esta recomendación que no hacía referencia a los límites económico-financieros que se deben tener en cuenta cuando se trata de obra pública, en la que deben primar los criterios de buena administración.

También han denunciado que en uno de dichos informes el arquitecto respondía a los participantes en el concurso que los visitantes serían unos 750 al día, que la entrada sería gratuita y que el complejo tendría unos doscientos trabajadores.

Díaz Grande ha señalado que su condición de profesional liberal no implicaba ninguna incompatibilidad para asesorar al conselleiro (de Cultura) y que él redactó los informes y el proceso del concurso a partir de un documento que le remitió la propia Consellería.

Durante la mayor parte de su intervención, el arquitecto ha explicado las bondades y la trayectoria de cada uno de los miembros del jurado, así como de los arquitectos finalistas, tal y como le ha pedido el representante del PPdeG Ignacio López Chaves.

Además, Díaz Grande ha dicho que el concurso fue "impecable" y "modélico" y ha mostrado su confianza en que dentro de 25 años, igual que la gente acude a ver la catedral, también acuda a ver la Ciudad de la Cultura.

López Chaves ha felicitado al arquitecto por su labor y ha acusado a la Xunta de paralizar deliberadamente las obras de la Ciudad de la Cultura por "irresponsabilidad" y "Gaiasfobia", en referencia al nombre del monte en donde se construyen los edificios