No existe una trama organizada ni motivaciones económicas tras la ola de incendios que calcinaron más de 82.000 hectáreas en la comunidad gallega durante la primera quincena de agosto del año pasado. Ésa es la conclusión que se desprende de las investigaciones realizadas por la Policía autonómica y la Guardia Civil y que ayer fueron asumidas y presentadas por el fiscal jefe del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), Carlos Varela.

"A día de hoy no se visualiza ninguna trama", aseguró. La Guardia Civil explica que, pese al esfuerzo policial efectuado, no se detectó "una actividad delictiva que pueda ser considerada como delincuencia organizada grave". El fiscal jefe insistió en que los resultados de esta "rigurosa" investigación deben ser "aceptados por la sociedad, incluidos algunos políticos", que insinuaron la existencia de tramas durante la oleada de incendios del pasado mes de agosto.

Según las Fuerzas de Seguridad, los artefactos incendiarios encontrados son de fabricación rudimentaria, las causas son de diversa índole y el perfil del sospechoso es igual al de otros años.

"Se trata de un hombre de mediana edad, que actúa solo, está integrado socialmente, es reincidente y del que no se poseen datos sobre una supuesta intencionalidad", describió Carlos Varela.

De las investigaciones se desprende además que "los intereses económicos detectados, de la más diversa índole, lo fueron de forma puntual, y no se pueden relacionar con olas generalizadas de incendios".

Igualmente el fiscal del TSXG rechazó que hubiese una causalidad política, salvo que alguien "de manera aislada" prendiese fuego al monte descontento con alguna decisión que afectase al ámbito rural.

Entre los argumentos que esgrime la Guardia Civil para justificar que no existen tramas organizadas señala que no se han visto vehículos o personas sospechosas con características similares en incendios ocurridos en áreas distantes y tampoco se relacionó de forma concluyente a individuos encapuchados con la provocación de fuegos.

Además, entre los artefactos incendiarios hallados no se apreció "un grado especial de sofistificación". De hecho, según las investigaciones de la Guardia Civil, "muchos de ellos eran falsas alarmas".

Es más, el informe concluye que ha bajado la intencionalidad de los incendios forestales. Carlos Varela observó que se estimaba en un principio que el 87 por ciento de los fuegos eran causados a propósito, cuando el informe de la Guardia Civil reduce este porcentaje al 60 por ciento.

En todo caso, el Instituto Armado constató que "las intrínsecas dificultades" para investigar los incendios no permite "determinar de forma fidedigna" la motivación de alrededor del 40 por ciento de los incendios intencionados. "Muchas veces la motivación más peligrosa es la falta de motivación aparente porque no saben por qué lo hacen", aseguró el fiscal jefe de Galicia.

En cuanto a los pirómanos el informe cifra en un siete por ciento los incendios causados por personas con este tipo de trastorno, porcentaje que dobla la medida española del 3,7 por ciento.

Lo que sí ha motivado a algunos incendiarios a prender fuego es la intención de generar alarma social, según la Fiscalía.