Según confirmaron a Europa Press fuentes sindicales, en la reunión mantenida en la noche de ayer no se abordaron cuestiones relacionadas con la negociación del convenio colectivo, sino que se pusieron encima de la mesa los aspectos relacionados con la forma en que se están llevando a cabo las movilizaciones de protesta.

Los empresarios denuncian el uso de la violencia y de actos vandálicos por parte de algunos grupos, y pusieron como condición el fin de estas manifestaciones para retomar las conversaciones con los sindicatos. Sin embargo, los representantes de los trabajadores, incidieron en que salir a la calle a manifestarse "es la forma que tienen de mostrar su descontento".

Así, el lunes por la tarde, la mesa volverá a reunirse, pero se mantiene la convocatoria de asambleas en los centros de trabajo, así como a media mañana en la Praza do Rei, frente al Ayuntamiento de Vigo, o la convocatoria de huelga general para todas las empresas del sector a partir del jueves (incluidas las que tienen convenio propio como PSA Peugeot Citroën).

Los sindicatos pretenden marchar por las calles del centro la ciudad y tratará de "trasladar a la ciudadanía" las demandas y situación del sector, para entiendan y se solidaricen con lo trabajadores. Los representantes sindicales han hecho un llamamiento a la responsabilidad de los trabajadores para que se sumen a las protestas sin violencia. "Que la gente vea que no somos vándalos", concluyeron.

DEMANDAS

Entre las demandas de los sindicatos, destacan la aplicación del convenio por un año o la reivindicación salarial, ya que, aseguran los sindicatos, los trabajadores se ven obligados a hacer horas extras "para llevar un sueldo decente a casa".

Además, también denuncian los altos índices de precariedad, ya que el 70 por ciento de los contratos en el sector son eventuales; en ese sentido, piden que, al menos, las empresas subcontratadas den trabajo a esos eventuales que ya desarrollan su labor en los centros de trabajo.

En cuanto a la flexibilidad que requería la patronal y establecimiento de una bolsa de 200 horas de trabajo, los sindicatos recuerdan que la mayoría de los trabajadores son precarios y están obligados a hacer horas extras, por lo que "ya tienen toda la flexibilidad del mundo".

A esas demandas se suma también la petición de una reclasificación profesional, de modo que, a los dos años, los peones puedan pasar a ser especialistas. La reducción de jornada, la regulación de las mutuas de accidentes, o la estabilidad laboral, son otros de los planteamientos que defienden los sindicatos.