Javier Sánchez de Dios / santiago

El anuncio de la Lei para a Igualdade laboral ha levantado expectación y despertado interés especial en colectivos importantes -tradicionalmente olvidados en derechos laborales- como las amas de casa. ¿Ha llegado su hora...?

- marta rodríguez. La verdad es que sería una muy buena oportunidad para que fuese la hora de las amas de casa, sí, pero lo que tenemos encima de la mesa es un borrador de la Consellería de Traballo que no aclara demasiado. Y no es verdad que se tiene en cuenta por primera vez el trabajo gratuito de las mujeres en el ámbito doméstico: la anterior Xunta ya dio algún paso en ese sentido. Esta Xunta ha de responder ahora a la la responsabilidad de tomar medidas decisivas en un segmento absolutamente clave aunque, insisto, hasta el momento no sabemos de qué va, porque no ha dado muchas explicaciones. Aquí sí que puede decirse que el Parlamento de Galicia, o al menos la oposición, sabe lo poco que sabe por la prensa y eso, aparte de ser poco razonable, no es en absoluto lo que predica el bigobierno que preside el señor Pérez Touriño.

- josefa gonzález. Nosotras pensamos que sí, que ha llegado el momento de que los gobiernos se ocupen del trabajo de las amas de casa, un trabajo -que conste- que se hace en casa y fuera, y por el que sin embargo no se nos reconoce ni función ni salario, ni derechos, y ya está bien de eso. Si pensamos, por ejemplo, en la jubilación del ama de casa es para echarse a llorar. Hay que decir que este sector de la actividad no sólo no tiene derechos, sino que además del trabajo que conlleva no se jubila prácticamente nunca: la mujer sigue trabajando en casa y cuando envejece quizá cambia un poco su función y cuida a los nietos, o al marido, pero sigue trabajando. Ésa es una situación de injusticia que no se resuelve diciendo que para arreglarlo no hay dinero suficiente en las arcas del Estado: para otros colectivos lo hubo y lo hay.

- maría de ben. Éste es un tema clave para la Consellería. Y quiero centrar sus objetivos: por primera vez, sí, la Xunta introduce en un marco normativo la consideración de que las mujeres trabajan desde hace siglos pero no acceden al empleo. Aquí, a la hora de analizar la estructura social y económica del país se utilizaron diversos parámetros, pero la figura de la mujer ha estado ausente. Las amas de casa se han ocupado sobre todo del cuidado del hogar, y la pregunta que se hace el conselleiro es que si el proceso de la reproducción es clave, debe valorarse desde una perspectiva socioeconómica; por eso lo introduce como marco de análisis en el anteproyecto y aboga por la inserción laboral de todas las mujeres, pero atendiendo al papel que hasta ahora han hecho. No se puede pretender, no es lógico que accedan al mundo del trabajo y a la vez sigan soportando solas el peso doméstico.

- rodríguez arias. Yo no puedo estar en desacuerdo con lo que ha dicho María. Los principios que formula son asumibles del todo, pero estamos hablando de otra cosa. ¿De qué? No lo sabemos con exactitud, tengo que insistir: es un borrador del que aún no disponemos, y me gustaría saber qué pinta en todo esto el área de Igualdade de la Xunta, a la que corresponde la cuestión relacionada con buena parte de estas materias. Parece ser que se le ha remitido un borrador para que opine, y a partir de eso dialogar con los distintos sectores; realmente no me parece forma de actuar en un tema que si se quiere tratar con la seriedad que merece requiere otras conductas. Hablamos efectivamente de cuidados, de atención a personas en el seno de la familia, y hay que recordar que fue el PP quien aprobó la Ley de Igualdade: habrá que hablar de desarrollarla adecuadamente, establecer ayudas más concretas, etcétera, porque un gobierno no agota nunca las posibilidades de mejora en una sociedad viva. De momento, esto parece vender humo.

- gonzález clavijo. Las amas de casa necesitamos, efectivamente, medidas concretas. Y no pocas, sobre todo si se tiene en cuenta la cantidad de años que llevamos reclamando. ¿Qué necesitamos? Pues en un esquema rápido, y hablo en nombre de la asociación a la que represento, lo que más se reclama es que se reconozca a la mujer ama de casa como mujer trabajadora, que pueda cotizar en un sistema de la seguridad social, obteniendo las prestaciones sociales que se derivan, como cualquier otro trabajador. Queremos el derecho a cobrar pensión de jubilación: en España tres millones y medio de mujeres no tienen aún derecho a cobrar pensión después de toda una vida de trabajo efectivo. Y ya no quiero ni mencionar a las viudas, por ejemplo, porque es sangrante. Hay que valorar, por ejemplo, el papel de quien decide voluntariamente dedicarse a atender a los padres hasta que mueren. Lo hace y no le queda pensión más que las no contributivas, y eso es asunto de caridad, no de derechos.

- de ben. Quiero decirle a la diputada del PP que no se preocupe, porque no existe ningún debate interno en el gobierno gallego actual. El borrador que se prepara es competencia de empleo, y corresponde a esa consellería, aunque se cuenta en todo momento con la Vicepresidencia, socio de gobierno; del primer borrador que se entrega a Igualdade, se complementan ideas y proyectos: la actuación de la Xunta esta absolutamente coordinada. El texto se someterá a entidades, interlocutores interesados de todo tipo, sindicatos, patronal, etcétera. El proyecto pretende que dentro de un tiempo el acceso de las mujeres al ámbito del empleo remunerado sea mejor que la herencia que hemos recibido. El objetivo básico, como he dicho, es acabar con una situación en la que la mujer, por serlo, partía de una situación negativa a la hora de conseguir empleo y de desarrollarlo, e incluso de situaciones de desigualdad en las remuneraciones. Y se las condenaba de hecho a ser amas de casa en el sentido negativo, laboral. Esto es así, y lo sabe bien la representante del PP.

- No parece que el proyecto de ley contemple específicamente a las amas de casa...

- rodríguez arias. Probablemente no. Y conste que no se trata de decir aquí que hay medios y remedios para un asunto complejo, porque la demagogia puede desenfocarlo todo. Es evidente que los recursos disponibles no permiten la decisión de ponerle un sueldo a las amas de casa por serlo, como también es evidente que las pensiones se derivan de las cotizaciones realizadas durante la vida laboral. Pero hay un gran segmento de mujeres en Galicia que no pretenden otra cosa que la posibilidad de cotizar para adquirir derechos, no de que les paguen la cotización. Y ése es un elemento que debe motivar a los responsables políticos a buscar fórmulas. El Gobierno de Manuel Fraga intentó algunas, con ayudas para fondos de pensiones: habría que profundizar o analizar esas cuestiones; no se trata, efectivamente, de subsidiar pero en cualquier caso sí de atender a lo que se necesita, a lo que necesitan las amas de casa.

- gonzález clavijo. Vamos a ver: aunque lo ideal sería que, al reconocer a la mujer ama de casa como una mujer trabajadora, al tiempo se le permitiera establecer unas condiciones laborales; lo mínimo que pretendemos es que se nos permita a las amas de casa cotizar, con nuestro propio dinero, para así consolidar unos derechos pasivos. Porque, repito, la situación actual no es ésa, es de injusticia absoluta y debe analizarse despacio. No queremos, las amas de casa, ningún planteamiento de subsidios especiales, sino de reconocimiento de derechos. ¿O es que alguien hay en serio que dude de que ahora mismo lo que se hace por las amas de casa es un trabajo? Un trabajo que por otra parte ahorra mucho dinero al Estado o a las Administraciones, si se valorase el cuidado de los niños, o de los ancianos o discapacitados. Es una tarea que cuando se encarga a otros, a colectivos laborales clásicos, significa presupuestos altos.

- de ben. Sin ánimo de entrar en polémicas partidarias, porque entiendo que ésta es una cuestión que trasciende a visiones particulares, quiero recordar que lo que con respecto a amas de casa y pensión se planteó en algún momento por el Gobierno anterior fue una ayuda para la oferta que una entidad financiera había presentado: en absoluto un reconocimiento de derechos ni el reconocimiento de condiciones laborales. Dicho eso, hay que recordar que la competencia en esa materia es del Gobierno central, lo que no recuerdo para eludir ningún tipo de planteamientos o responsabilidades, sino sencillamente porque eso es así. En todo caso, Traballo prepara un texto en el que se coordinen con la Administración una serie de medidas que permitan una mejora global en un asunto sobre el que conviene moverse con cautela para no generar expectativas imposibles. La prudencia no está reñida con la necesaria diligencia para resolver problemas de la población.