El viceportavoz del grupo En Marea y portavoz nacional de Anova, Antón Sánchez, ha vuelto a defender, en la crisis abierta por el caso de la diputada Paula Quinteiro, que la dirección del partido rupturista debió haber apostado por un procedimiento revocatorio, recogido en los estatutos y que ofrece "garantías", frente a una consulta a los inscritos.

El procedimiento abierto, a la postre, no es vinculante puesto que únicamente fija la posición de la formación y el acta de parlamentaria pertenece a cada persona elegida, aunque la Comisión de Garantías recordó también en sus dictámenes que toda consulta tiene un resultado que vincula a la organización política.

El Consello das Mareas, con 23 votos a favor y la decisión de diez miembros de no votar (así manifestada explícitamente en la reunión telemática de este órgano de dirección), aprobó el reglamento que rige la consulta sobre si Paula Quinteiro debe presentar su dimisión. La diputado se vio envuelta en un incidente con la Policía Local de Santiago en la madrugada del 18 de marzo, cuando se llevaba a cabo un control nocturno a raíz de una denuncia vecinal por vandalismo.

La aprobación de la consulta, que se realizará desde las 10 del próximo 22 de mayo y terminará 36 horas después, viene avalada por la Comisión de Garantías, que emitió diversos informes, con la discrepancia de uno de sus miembros, Manuel Nogueira. Este integrante manifestó sus dudas sobre las "garantías" de este procedimiento, coincidentes con las alegaciones presentadas por Sara Outeiral y Pedro 'Peyo' Rivera -próximos a Quinteiro-.

La división en torno a esta cuestión no solo se cierne en torno a la dirección de En Marea, sino también al grupo parlamentario que, cuando se inició la crisis, acordó una posición favorable a abrir un expediente informativo a la diputada por lo ocurrido. Pero Luís Villares, portavoz del grupo, en el que Podemos tiene la mayoría de representantes, ha mantenido desde el inicio que Quinteiro debe asumir "responsabilidades" y dejar su acta en el Pazo do Hórreo.

En estos dos meses se han sucedido peticiones de "dimisión" por parte de la dirección de En Marea, mientras que el sector crítico con Villares y la Coordinadora --a la que acusan de no representar la pluralidad de En Marea-- apoya a Quinteiro, quien en los últimos días aseguró que no se sentirá apelada por el resultado de la consulta y permanecerá en su escaño.

Además, en este periodo En Marea vivió situaciones de controversia cuando dimitió el diputado Juan Merlo, también de Podemos Galicia, por haber inflado su currículo al figurar que era ingeniero sin tener los estudios, en plena crisis por las irregularidades del máster de Cristina Cifuentes.

La sustitución de este diputado no estuvo exenta de polémica, ya que el siguiente en la lista, Xoán Hermida, llegó a figurar como diputado electo adscrito a En Marea sin tomar posesión del escaño con la intención de "presionar" a Paula Quinteiro, si bien había dicho que no tenía intención de convertirse en diputado esta legislatura. Finalmente renunció a su puesto y entró Julia Torregoso, otra diputada de Podemos Galicia que llegó al Parlamento rodeada de polémica porque un vehículo de su propiedad se vio envuelto en un accidente de tráfico cuando circulaba sin seguro.

Ruido

En este escenario, Antón Sánchez ha querido "no generar un ruido que es perjudicial" y se ha reiterado en las palabras ya en otras ocasiones manifestadas, consciente de que la situación que vive En Marea desde hace 60 días "lastra" la visibilidad del trabajo que realiza la formación política en otras iniciativas.

Así, ha señalado que En Marea tiene "un procedimiento regulado idóneo" para estos casos, que es el revocatorio, y que "da garantías para que la militancia tenga la información correcta" y que permitiría que Paual Quinteiro expresase sus argumentos, al tiempo que tendría "carácter vinculante".

El revocatorio, a juicio de Antón Sánchez, permitiría "resolver con eficacia, y ya, este asunto, que lleva dos meses impidiendo centrarse" en las cuestiones que defiende el grupo, "tan importantes" como las denunciadas --dijo-- este miércoles. "Prolongar en el tiempo esta situación no nos beneficia", ha advertido.

De hecho, Antón Sánchez, que no ha aclarado si participará en el proceso de consulta habilitado, ha avisado de que se "corre el riesgo" de una "salida en falso" de este procedimiento.

Expediente informativo

Preguntado el diputado Marcos Cal, se ha remitido al acuerdo inicial del grupo parlamentario en el que se dijo que "no había ningún incumplimiento de código ético" por parte de Paula Quinteiro y en el que se solicitaba que la dirección de En Marea abriese un expediente informativo. "Me mantengo en eso", ha aseverado el parlamentario inscrito también en Podemos Galicia.

Sobre la petición que hizo en su día el Grupo Parlamentario de En Marea también se pronunció en su momento la Comisión de Garantías, que recordó que el grupo parlamentario no es un órgano de la estructura política de la formación, por lo que no estaba facultado para esta solicitud.

Antón Sánchez, preguntado por si esta situación lastraba electoralmente a En Marea, ha indicado que él "no" es "experto en cálculos electorales", pero sí se ha mostrado seguro de que "perjudica la visibilidad del trabajo político".

"Nos desvía en los trabajos que tenemos que hacer", ha admitido Antón Sánchez, quien ha dicho que sabe que los escogieron en las urnas para "hablar de la estafa de las cajas, de las mentiras de Feijóo y de las agresiones medioambientales". "Y en eso deberíamos estar centrados en este momento", ha resuelto.