La Xunta y cuatro sindicatos -Comisiones Obreras, UGT, USO y CSIF- han llegado a un preacuerdo para acabar con la huelga en la Justicia de Galicia.

Las condiciones pactadas son muy similares a las ofertadas por el Gobierno gallego en la anterior reunión, la semana pasada, y ahora serán los trabajadores los que, en una asamblea, deberán decidir si aceptan y ponen fin al paro, que hoy ha llegado a su 79º jornada. La última propuesta económica del Ejecutivo recogía subidas mensuales de entre 122 y 140 euros en función de la categoría de los funcionarios.

La reunión acabó con momentos de tensión entre los representantes sindicales, que se intercambiaron silbidos e insultos como "traidaor" o "sinvergüenza" y acusaciones de "falta de dignidad". CIG, STAJ y Alternativa na Xustiza-CUT se desmarcaron de este preacuerdo.

Ya la semana pasada, después de la anterior reunión, el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, aseguró que había un principio de pacto con los mismos cuatro sindicatos que hoy firmaron, pero afirmó que se habían echado atrás en última instancia.

Tras el principio de acuerdo, ahora serán los trabajadores los que voten en asamblea si aceptan o no la propuesta. A estas horas todavía no se ha señalado una fecha, pero a la Xunta le gustaría que fuera mañana mismo. Si la respaldan, se pondrá fin a una huelga indefinida que hoy cumple su 79ª jornada.

La oferta que se someterá a consulta consta de una subida de 140 euros al mes para los forenses, 135 para los gestores, 127 para los tramitadores y 122 para los auxilios. Este año se aplicaría ya una subida de 50% del incremento salarial, mientras que en 2019 se sumaría otro 30% dejando para el tercer año el 20% restante.

Los tres sindicatos reacios al acuerdo, CIG, CUT y STAJ, acusaron a las cuatro centrales firmantes de negociar a sus espaldas. Admitieron además que la unidad del comité de huelga se había roto hace tiempo. Al término de la reunión se produjeron momentos de tensión, con militantres de los tres sindicatos que no respaldan el preacuerdo abucheando y silbando a los representantes de CCOO, UGT, USO y CSIF. Traidores, cobardes o vendidos fueron algunos de los insultos que le profirieron.

Los cuatro sindicatos que aceptaron la propuesta de la Xunta se marcharon sin querer dar explicaciones.