La previsión de un incremento del 2,5% del PIB gallego para este año se ha quedado corta ya antes de cumplir el cuarto mes del ejercicio. El Gobierno autonómico revisará al alza la proyección y añadirá "varias décimas" más al objetivo de crecimiento económico. Así lo avanzó ayer el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, durante la presentación de un balance intermedio del Plan Estratéxico de Galicia 2015-2020, donde tanto él como el conselleiro de Facenda, Valeriano Martínez, destacaron el cumplimiento de los objetivos marcados, en algunos casos "muy por encima" de lo previsto.

El documento define la senda de las políticas en Galicia para alcanzar un desarrollo económico estable. Así, como grandes metas se marca un avance anual del PIB superior al 2,5% y generar entre 80.000 y 100.000 puestos de trabajo que permitan reducir en 2020 la tasa del paro en torno al 10%. Entre otras prioridades figuran además reducir la población en riesgo de pobreza y exclusión social, doblar el gasto en investigación o reducir la tasa de abandono escolar temprano para dejarla, en el horizonte del año 2020, en un 13,5%.

Ante un auditorio -en la Cidade da Cultura- en el que se encontraban numerosos directores y subdirectores xerais, Feijóo reivindicó la aprobación "pionera" de este documento "en plena tormenta" económica, para "abandonar el paradigma de la improvisación". De la misma manera, el titular de Facenda, subrayó la "apuesta" de la Xunta por la planificación, en busca de un modelo "más productivo, más inclusivo y más sostenible" en el que la recuperación "llegue a toda la sociedad".

En este contexto, los primeros indicadores aportados por ambos al término de esta jornada de trabajo interno apuntan a un crecimiento económico de media del 3,6% en tres años -superior en más un punto al objetivo establecido en el Plan Estratéxico- y la creación de 55.000 puestos de trabajo.

En el caso del crecimiento económico, el balance "supera el escenario más optimista" y las perspectivas para el actual ejercicio son "buenas", según Martínez. En cuanto al empleo, esperó situarse "muy cerca" de los 70.000 nuevos puestos acabado el año, cuando la meta final es llegar a entre 80.000 y 100.000 en 2020.

Feijóo vaticinó un año de "crecimiento sostenible y sano que va a permitir cuadrar las cuentas" y concluir el "círculo virtuoso" que implica "disminuir drásticamente cualquier tipo de emisión de deuda pública" y aumentar el número de puestos de trabajo y la recaudación de impuestos como el IVA y el IRPF. En este escenario de "convergencia" con España y la Unión Europea, con unas cuentas saneadas en una comunidad "solvente" con el gasto social "blindado", "menos hipotecas de futuro" y un aumento de la inversión "real", el presidente gallego se comprometió a una disminución "drástica" de la emisión de deuda pública, cuyos valores absolutos se mueven en cifras de récord histórico.

El actual, por tanto, "vuelve a ser un buen año", puesto que "la economía gallega está creciendo en términos interanuales por encima del 3 %", con "26.000 nuevos afiliados a la Seguridad Social", un aumento en la producción industrial, una mejora de las exportaciones y una balanza comercial que en el periodo supera los 2.500 millones de euros positivos.

El presidente resumió que el plan estratégico pretende "construir entre todos la Galicia que queremos", una comunidad "que descansa en un estado de bienestar sólido", moderna con "innovación y capital humano", sinónimos de "empleo" y "cohesionada tanto en el ámbito social como en el ámbito territorial", ha dicho.

En ese sentido, opinó que si Galicia fuese solo el eje Atlántico (Pontevedra y A Coruña), estaría entre las primeras comunidades del Estado, pero dijo que excluir a las provincias de Lugo y Ourense sería "un error".

Así, defendió su plan estratégico frente al "paradigma de la improvisación" que cree que se utilizaba antes de su llegada al Gobierno de la Xunta, en 2009.