El Programa de Desarrollo Rural de Galicia (PDR) subvencionó en 2016 con 19 millones de euros a más de 12.000 explotaciones en Galicia situadas en zonas de montaña y en otras áreas que afrontan limitaciones naturales considerables. El objetivo de estas ayudas es compensar a los agricultores por la totalidad o por una parte de los costes adicionales de la producción y por las pérdidas de ingresos como consecuencia de las dificultades naturales que tienen para la producción agrícola en estas zonas.

El PDR 2014-2020 se aprobó en 2015, por lo que el ejercicio 2016 fue, para la mayoría de las medidas, el primer año de ejecución. De los 19 millones, 11,5 fueron para compensar a las explotaciones en zonas de montaña y los otros 7,5, para otras áreas con limitaciones naturales. En el primer apartado se vieron beneficiadas 4.212 explotaciones y en el segundo, 6.301. A ellas hay que añadir otras 1.537 operaciones iniciadas antes de 2016. En total, fueron 12.050.

Estas compensaciones tienen también como fin que los agricultores continúen con el uso de las tierras agrícolas y evitar el abandono y la biodiversidad ligada a la actividad agraria tradicional en zonas de montaña u otras zonas con limitaciones naturales. En las primeras, las ayudas afectaron a 93.142 hectáreas y en las segundas, a 133.446.

La provincia de Lugo se embolsó el 54% de los fondos de montaña y el 67% de otras áreas, por el 14% y el 4% de Pontevedra; el 25% y el 11% de A Coruña; y el 5% y 16% de Ourense.

En 2016 estas fueron las medidas dentro del PDR con mayor porcentaje de ejecución financiera con respecto a su importe programado hasta 2023, el 16,4%. Hasta esa fecha, el gasto conjunto previsto será de 116 millones. El Programa de Desarrollo Rural de Galicia cuenta con tres fuentes de ingresos: el 75% lo aporta el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder); el 17,5% la Xunta y el 7,5%, el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente.

Prevención de incendios

Estas ayudas pretenden, además de evitar el abandono de las zonas de montaña de Galicia, promover la utilización de prácticas agrícolas respetuosas con el medio, el mantenimiento de las comunidades rurales y la conservación del paisaje. Y además, prevenir los incendios forestales y la erosión del suelo.