El eurodiputado socialista y exministro de Fomento José Blanco aseguró ayer que "jamás" trasladó "decisiones políticas" a los técnicos responsables de la ejecución y la supervisión de la seguridad en la línea de Angrois (Santiago), donde se produjo el accidente del tren Alvia en julio de 2013 que dejó 80 muertos y 144 heridos. Descartó, por tanto, que sus órdenes condicionasen la puesta en servicio de la línea.

Durante un acto en Santiago justo dos días después de que se constituyese la comisión de investigación parlamentaria sobre este siniestro gracias al cambio de postura del PSOE desde el rechazo al apoyo, Blanco reiteró su disposición a comparecer. "Solo tiene que poner día y hora la comisión para que yo pueda comparecer", aseveró el socialista.

Bajo su mandato se cambió el proyecto de la línea, perteneciente a la futura conexión de alta velocidad entre Galicia y Madrid, lo que supuso retirar el sistema de seguridad ERTMS de los últimos kilómetros antes de Santiago, donde está la curva en la que el convoy se salió de la vía. El maquinista circulaba a 179 kilómetros por hora en un punto donde el límite era de 80.

"No creo que ningún ministro le tenga que decir al responsable de seguridad del ministerio que tiene que poner una señal de 120 en lugar de una señal de 80, por poner un ejemplo", expuso el eurodiputado.