La Consellería do Medio Rural aplicará este año una intensa reorganización al operativo de lucha contra los incendios, que afectará tanto al uso de medios tecnológicos -cámaras de vigilancia, helicópteros con infrarrojos- como a la ampliación de la temporada de alto riesgo -se prolonga también durante el mes de octubre- y al aumento de la disponibilidad de la plantilla. La Xunta duplicará la duración de los contratos de un millar de brigadistas para reforzar las tareas de extinción y, sobre todo, de prevención. Su vínculo laboral era de tres meses hasta este año, pero en esta campaña ya se ampliará a cuatro, para ser de cinco en 2019 y llegar a los seis meses en el año 2020, dedicando para entonces a las tareas forestales el doble del tiempo que emplean ahora.

Estas son, entre otras, algunas de las novedades que contiene el plan de lucha contra los incendios (Pladiga) que ayer presentó el director xeral de Ordenación Forestal, Tomás Fernández-Couto, antes de su deliberación en el pleno del Consello Forestal de Galicia. Entre las distintas categorías de brigadistas está la formada por fijos discontinuos de tres meses, un cuerpo compuesto por 436 personas. Y por otra parte, figuran las 500 contratadas por la empresa pública Seaga, con contratos también de tres meses, y algunas decenas más a través de Tragsa. Y es a estos brigadistas a los que la Xunta pretende ampliar la duración de su vínculo laboral, además de asumir las contrataciones que ahora realizan Seaga y Tragsa, si bien primero se deben negociar las condiciones con los sindicatos.

El caso es que ya este año se extenderá al mes de octubre la temporada de alto riego de incendios, cuando habitualmente se desarrolla entre julio y septiembre, si bien con la posibilidad de ampliarlo aproximadamente un mes en función de las condiciones meteorológicas. Pero ahora Fernández-Couto ya avanza que "probablemente" se incluirá el mes de octubre. "Podremos considerar que la campaña de alto riesgo incluirá automáticamente desde el mes de julio hasta el mes de octubre", aseguró. Y como Medio Rural prevé ampliar los contratos de un millar de brigadistas, habrá un "refuerzo del operativo" ese mes.

En un fin de semana del pasado octubre ardieron casi 50.000 hectáreas en una ola de fuegos que dejó cuatro muertos y 2017 fue el año pasado en que más se prolongó la temporada de alto riesgo -hasta el 12 de noviembre- en Galicia.

El operativo mantiene sus efectivos en 5.700 en alto riesgo, ampliable hasta 7.000 personas, con 30 medios aéreos, entre los que se incluye un helicóptero con cámaras que transmite imágenes georreferenciadas y vídeo en tiempo real además de usar infrarrojos, y 360 motobombas. Además, la Xunta espera cubrir "el cien por cien" de las vacantes una vez comience la campaña de alto riesgo, cuestión que "también intentarán atenderse" durante ese periodo.

Por otra parte, la Consellería de Medio Rural firmará dos convenios con radioaficionados y la Federación Galega de Caza con el fin de colaborar en las tareas de información y vigilancia, pero no trabajarán en extinción. Esta iniciativa también forma parte del compendio de novedades del Pladiga de este año.

Fondos para los concellos

Fernández-Couto confirmó lo que ya anunció en su día en la comisión parlamentaria de incendios, en la que diversos alcaldes se quejaron de la falta de medios y personal para la limpieza de franjas de seguridad próximas a viviendas, y es que habrá una financiación "importante" de la Xunta para ayudar a ayuntamientos en estas tareas -que deben ejecutar de forma subsidiaria en el caso de que los propietarios no las lleven a cabo-. Pero por el momento no se puede precisar las cuantías de los fondos dado que la Xunta está "analizando a ver hasta dónde puede llegar".

El operativo de esta campaña prevé además la instalación de 34 cámaras de videovigilancia en las antenas de Retegal, repartidas en las cuatro provincias: Ourense (13), Lugo (8), A Coruña (7) y Pontevedra (6). En total, serán 81 puntos de vigilancia para cubrir el territorio entre la suma de las 34 videocámaras que se instalarán más tres ya existentes, unido a las 44 torres operativas.

Todo ello, con el objetivo que se marca la Xunta de que este año no ardan más de 20.000 hectáreas en Galicia -en 2017 fueron 61.500 hectáreas en todo el año, casi 50.000 en solo un fin de semana-. Marca también como meta que haya menos de 600 incendios de más de una hectárea y que no se superen los 16 fuegos de situación 2.