La redes sociales han variado la vida actual al añadir una nueva forma no solo de comunicarnos unos con otros, sino también de establecer una conexión casi permanente. La esfera política ha sido una de las más afectadas, rompiendo barreras entre la cúpula dirigente y la ciudadanía de a pie. Sin embargo, su uso, o más bien su abuso, en el hemiciclo no le agrada al presidente del Parlamento gallego, el popular Miguel Santalices, que ayer reclamó a sus señorías algo así como menos tuitear y más trabajar o, al menos, más atención al estrado.

"Si queremos y aspiramos a dignificar la labor de los parlamentarios, creo que es bueno respetar las normas. Que los periodistas hagan su trabajo y los diputados ejerzan su labor: fueron elegidos en las urnas para ejercer una alta responsabilidad, la de representar a los gallegos en el poder legislativo, no para dedicar su tiempo a tuitear desde el escaño, eso lo pueden hacer en otro momento", expuso ayer Santalices durante la inauguración del XVII Curso Complementario de Comunicación y Protocolo en la Facultad de Ciencias de la Comunicación en Pontevedra, según informa Europa Press.

Su mensaje puede entenderse como un tirón de orejas a todo el arco parlamentario, en el que es habitual ver a sus señorías empleando alguna red social, lo que, per se, solo implica el uso de una herramienta de comunicación adicional. Esta puede dar esplendor a la representatividad de un parlamentario, debatiendo incluso con los ciudadanos a los que representa, o generar discusiones poco ejemplarizantes.

Santalices reclamó altura dialéctica y menos atención a la telegenia o a la caza del trending topic tan efectista como efímero, pues tiene la "impresión personal" de que los diputados cuidan "tanto o más la imagen en la búsqueda de una foto, de un plano pensando en la televisión o en los vídeos de internet, que en la oratoria y la calidad del discurso".

Este elemento, sin embargo, no es nuevo, pues la escenificación en el estrado ha sido siempre utilizada por los políticos para llamar la atención sobre sus mensajes, como hizo hace 25 años Xosé Manuel Beiras con su célebre zapatazo, pero el uso masivo de las redes sociales ha permitido que interactúen con la ciudadanía y retransmitan en directo sesiones parlamentarias, aprovechando para lanzarse dardos entre ellos, contribuir a difundir mensajes de sus partidos o fiscalizar la presencia en el hemiciclo de sus rivales, como hacían, por ejemplo, diputados del PP con el citado Beiras o los de la oposición con la ausencia de Alberto Núñez Feijóo de algunos debates.

Santalices reconoce que los tiempos han cambiado, pero reclama mesura y centrar la atención en la tarea política, moderando el tono para no añadir leña a la hoguera que ha quemado el prestigio de la clase política durante la crisis gracias al combustible altamente inflamable de sucesivos escándalos de corrupción. "Aquel viejo esquema en el que la ciudadanía contemplaba la vida pública como espectadora pasó a la historia. Quien no vea esta realidad o se niegue a aceptarla tiene o tendrá serios problemas", reconoció en una intervención en que aludió al debate sobre las noticias falsas y bulos alentados en la red. El dirigente señaló el "periodismo de calidad" como "único antídoto capaz de contrarrestar los efectos nocivos de la desinformación que campa a sus anchas por internet".