El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte estudia aplicar la neurociencia en el diseño de un nuevo currículo de la Educación Infantil, de cero a seis años, basado en competencias, en lugar de líneas de conocimiento como se hace en la actualidad.

"Quiero anunciar que el ministerio está valorando el diseño de un nuevo currículo de Educación Infantil basado en un marco competencial de neurodesarrollo, de cero a seis años, y no por áreas de conocimiento", afirmó el secretario de Estado de Educación, Formación Profesional y Universidades, Marcial Marín, durante su intervención en el I Congreso de Educación Infantil y Neurociencia que organiza su departamento en Madrid.

La neurociencia educativa se basa en que la inteligencia es multidimensional, de manera que los niños en un mismo ambiente de aprendizaje pueden pensar, experimentar o expresar sus ideas a través de diferentes códigos. Asimismo, sostiene que la memorización de conceptos es menos efectiva en la adquisición de nuevos conocimientos que la propia experimentación.

Según el 'número dos' de Educación, es preciso contemplar los conocimientos sobre los procesos cognitivos "cuando el cerebro aprende y las prácticas educativa basadas en la evidencia científica van prosperando". Asimismo, subrayó que el desarrollo del cerebro es un proceso permanente, que alcanza su mayor crecimiento durante la primera infancia.

Por ello, apeló a los responsables educativos, al propio Ministerio y a las Comunidades Autónomas para abordar el diseño de este nuevo currículo destinado a los primeros años de la etapa escolar, que en opinión del secretario de Estado "son los más formativos para el desarrollo de competencias y capacidades de aprendizaje e influyen en gran medida en las perspectivas educativas y de empleabilidad posteriores".

Marín destacó la importancia de la neurociencia en estas primeras etapas del aprendizaje porque "el desarrollo del cerebro es un proceso permanente, pero que alcanza su mayor crecimiento durante la primera infancia". Por ese motivo, emplazó a "aprovechar para que los escolares reciban una adecuada estimulación y así alcanzar la mejor experiencia".

Por último, insistió en que la intervención en esta etapa conduce a un mayor logro de habilidades básicas y es una "potente medida de prevención" para el abandono escolar temprano.

En este sentido, recordó cómo el estudio de PISA 2015 de la OCDE revela que los estudiantes que asistieron a la escuela preescolar durante más de un año obtuvieron calificaciones más altas en Matemáticas a los 15 años, mientras que los que no lo hicieron, tienen tres veces más posibilidades de tener un bajo rendimiento.