Antonio Rial Boubeta, coordinador de varios estudios sobre el consumo de alcohol en adolescentes, da la bienvenida a cualquier propuesta normativa que vaya en la línea de "erradicar" el botellón. No en vano, argumenta, las cifras de los estudios realizados por la Universidade de Santiago muestran cómo "es un factor de riesgo" para el consumo al hacer que las tasas sean "mucho mayores". "Es un escaparate, un escenario", enfatiza.

Prohibir el botellón va en la línea de lo que plantean los expertos en prevención medioambiental, señala. En todo caso, advierte de que por sí solo "no es la solución". "Es una medida que puede y debe ayudar a atenuar el problema, pero las medidas coercitivas e impopulares deben ir acompañadas de esfuerzos en el aspecto de la prevención", incide. Es ahí, insiste, donde hay que hacer el "gran esfuerzo".

Tras recordar, además, que las leyes sirven si se cumplen, si hay medios y si están bien claras las competencias, explica que la normativa gallega de diciembre de 2010 ya recoge varios ámbitos donde, a su juicio, queda mucho por hacer en prevención: la familia, la educación o la sanidad. La primera la ve la gran "asignatura pendiente", mientras apunta que a nivel escolar no basta una charla aislada o que atención primaria podría servir para la detección precoz y el consejo breve.