La vecina de Cerceda (A Coruña) acusada de prender fuegos ha aceptado una condena de cuatro años y medio de prisión por un delito continuado de incendio forestal al provocar al menos 11 utilizando mecheros, papeles y hasta velas aromáticas.

El juicio se ha celebrado esta mañana en la Audiencia Provincial de A Coruña, tras llegar las partes a un acuerdo de conformidad, por lo que los hasta 16 años que solicitaba inicialmente la Fiscalía han sido rebajados a cuatro años y medio de cárcel.

Inicialmente el Ministerio Público pedía para la acusada una pena de 16 años de prisión al considerarla responsable de un delito continuado de incendio forestal con peligro para la integridad física de las personas. En caso de no considerarse acreditado el riesgo para las personas, reclamaba que fuese condenada a seis años de cárcel.

Los hechos se remontan al verano de 2016, cuando, según recoge el escrito de acusación de la Fiscalía, el término municipal de Cerceda registró una serie de incendios forestales que afectaban a un radio de aproximadamente tres kilómetros y que "se producían siempre en las mismas franjas horarias", bien a primera hora de la mañana o de la tarde.

La Guardia Civil centró desde el primer momento sus sospechas en una vecina de la zona, M.C.G.G, que realizaba diariamente desplazamientos por esta área para llevar a su marido al trabajo, en una gasolinera, donde alternaba la jornada de mañana con la de tarde. Los investigadores detectaron que el origen de los fuegos coincidía con estos desplazamientos.

En el escrito de la Fiscalía se detallan varios fuegos que, según indica, se ha "constatado" que produjo la acusada, valiéndose para ello de su vehículo y de mecheros, velas y papel que llevaba en su coche.

Estos fuegos forestales quemaron casi 5.000 metros cuadrados de arbolado y fue necesaria la actuación de servicios de extinción de la Xunta de Galicia.

Además, durante esos días, recuerda el escrito de Fiscalía, hubo en Cerceda temperaturas máximas que llegaron hasta los 33 grados y una humedad por debajo del 30%, así como fuertes vientos, por lo que la zona presentaba "un riesgo de incendios extremo", circunstancia que fue "aprovechada" por la vecina ya condenada.